Cuatro monjas dominicas procedentes del monasterio San Pedro Mártir de Mayorga (Valladolid) han sido recibidas oficialmente este lunes en un acto de acogida que ha tenido lugar en su nuevo hogar, el monasterio de Sancti Spiritus el Real, coincidiendo con la celebración de la Virgen del Rosario.
La iglesia del convento, que se ha llenado para recibir a las nuevas hermanas, ha albergado la celebración de una Eucaristía de acción de gracias y bienvenida de las recién llegadas, que estaba previsto que fuera presidida por el obispo de Zamora, Fernando Valera, quien, finalmente, no ha podido estar presente por estar convaleciente de una reciente intervención quirúrgica.
Una de las dominicas del Sancti Spiritus ha agradecido a todos los que las han acompañado en este acto de acogida, que ha supuesto para las hermanas procedentes de Mayorga «un paso doloroso» por la despedida, pero, también, «profético» y lleno de la «alegría de los encuentros».
«Dios sigue ilusionándonos para seguir nuestra vida dominica, consagrada a la contemplación», ha continuado la hermana. «Esto nos demuestra que lo nuestro es seguir haciendo camino, aquí, allí o donde nos requieran» y ha expresado que, ahora, «las dos comunidades podemos estar celebrando esta eucaristía de Acción de Gracias como una única comunidad» y «empezar un camino juntas, con la confianza y la esperanza puesta en Dios, que nos guía», ha concluido y ha dado lectura a un fragmento de un poema del zamorano Claudio Rodríguez.
Las nuevas monjas, sor María Jesús, sor Gloria, sor Celeste y sor Presentación, convivirán a partir de ahora con las siete que habitaban hasta ahora el convento toresano por lo que, con su llegada, ya son once las dominicas que mantienen vivo el monasterio, que fue fundado en el año 1307.
El párroco que ha presidido la eucaristía se ha dirigido a las recién llegadas hermanas para expresarles que «ojalá» que su llegada «sea un soplo de esperanza» y les ha recordado que «tenemos que aprender a florecer donde nos siembran»; al respecto, les ha asegurado a las nuevas dominicas toresanas que han llegado a «una buena tierra» y a «una entrañable comunidad».
Asimismo, les ha transmitido que su «misión», «insertadas en la tierra de Toro, en la Diócesis de Zamora», es «transcender la «Historia» porque «las hermanas son sacadas de entre los hombres para servir a los hombres, para transcender la Historia»
«Ellas están puestas en el camino de la vida como letreros», «las hermanas no tienen sacramento, son loquillas de amor», ha expresado el sacerdote, pero ha añadido que tienen «tres miradas preciosas: la pobreza, la castidad y la obediencia». «Que en este caminar, María, en la advocación del Rosario, aliente nuestros pasos», ha añadido después.
Asimismo, otro de los sacerdotes que ha cooficiado la misa ha expresado que «comienza un tiempo nuevo en esta antigua ciudad de Toro, marcada desde siempre a la vida contemplativa».
La agrupación musical «La Mayor» ha acompañado la celebración de la Eucaristía y, tras la bienvenida y los abrazos de quienes han acompañado a las nuevas hermanas, las dominicas han invitado a un ágape de celebración, en la hospedería del monasterio, a todos los asistentes.
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