La vida académica de Jesús M. de Miguel ha transcurrido por algunas de las universidades más prestigiosas del planeta. Yale, Berkeley, Harvard, Stanford, Cambridge… Son sólo algunas, pero ha impartido clases en decenas de instituciones académicas de todo el mundo. Si bien, su trayectoria no ha estado exenta de polémica.

De Miguel es el autor del artículo publicado este fin de semana en la web Agenda Pública, en el que acusa al semanario británico The Economist de utilizar «bulos» y «desinformación» propia de la «extrema derecha» para atacar al presidente Pedro Sánchez.

Agenda Pública, un medio dirigido por Marc López, quien fue diputado del PSC y jefe de gabinete de Pasqual Maragall en la presidencia de la Generalitat, presenta al sociólogo de forma equívoca como «el primer Catedrático Príncipe de Asturias de EEUU».

En realidad, Jesús de Miguel fue el primer director de la Cátedra Príncipe de Asturias de Estudios Españoles de la Universidad Georgetown (Washington). La cátedra fue creada en 1999 mediante un convenio entre esta universidad y el Gobierno español, que se encarga de financiarla, además de convocar y asignar la plaza.

El sociólogo pasó buena parte de su vida en Estados Unidos y ahora ha vuelto a Madrid tras una estancia en París de cuatro años. A su regreso conoció a los responsables de Agenda Pública, enfocados en el análisis de las políticas públicas, y empezó a escribir artículos para ellos sobre la calidad de la democracia española

Es sociólogo y experto en esta materia. Colabora con el Varieties of Democracy, un profuso estudio sobre el estado de las democracias realizado por el instituto sueco V-Dem. Así, cuando la semana pasada leyó un artículo en The Economist titulado “Pedro Sánchez se aferra a su cargo a costa de la democracia en España” decidió responder con otro texto en Agenda Pública.

“No hay dudas sobre el prestigio de The Economist, pero con España no acierta. Este artículo no informa, sino que toma la posición de la derecha, parece escrito por Feijóo, y responde a una estrategia de desinformación. No nos pueden tratar como un país antidemocrático, cuando todos los indicadores empezando por el suyo propio señalan lo contrario”, argumenta al teléfono Jesús de Miguel. 

La posición de The Economist no ha gustado nada al Gobierno y este fin de semana ha enviado la réplica de Jesús de Miguel a ministros y creadores de opinión, con quienes suele compartir su argumentario. 

Siempre preocupados en reforzar el papel internacional del presidente, desde Moncloa tratan de contrarrestar la imagen negativa difundida por una de las publicaciones más prestigiosas a nivel europeo.

Asesor político

Para ello recurren a un sociólogo de larga trayectoria. Jesús de Miguel tiene 76 años y es hermano de Amando de Miguel, uno de los sociólogos más prestigiosos de las últimas décadas en España -especialmente durante la Transición-, que en los últimos años viró en su pensamiento y se convirtió en una de las referencias intelectuales para los fundadores de Vox.

“Ni yo mismo sé qué pasó al final de su vida. Los dos veníamos de una tradición liberal, progresista o incluso socialista, pero él inició ese viraje absurdo y adoptó posiciones casi falangistas. No se puede evaluar a una persona sólo por lo último que hizo, pero es un misterio familiar”, señala Jesús. 

Él, sin embargo, sigue fiel a esa “tradición progresista” de la que habla. Nació en San Sebastián, se doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid y comenzó a trabajar con las administraciones públicas en la década de los setenta. 

Formó parte de un comité de expertos al servicio de la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona. Y posteriormente fue asesor de Ernest Lluch, quien fue ministro de Sanidad entre 1982 y 1986, y asesinado después por ETA. 

“He trabajado con políticos de diferente signo, no sólo con los del PSOE”, advierte. Como también le ocurre con el CIS. “Participo en sus estudios y escribo en algunas de sus publicaciones, pero no sólo ahora con Tezanos, sino también cuando ha gobernado el Partido Popular”. 

En la biblioteca del CIS hay cerca de una decena de publicaciones con su nombre, con una temática de lo más variada. Desde un manual para escribir autobiografías a un ensayo sobre la profesión farmacéutica. “Hice muchas cosas sobre educación, pero en Estados Unidos hice mi doctorado sobre sociología médica y desde entonces he estado muy vinculado a este terreno”, asegura. 

Ha asesorado incluso a la Organización Mundial de la Salud (OMS) o a instituciones europeas especializadas en investigación científica. Sus más de 50 libros versan sobre todo tipo de temas. Sin ir más lejos, el último: un tratado sobre documentales y fotografía. 

Denuncias en la Universidad

Aún así, su carrera se ha desarrollado fundamentalmente en la Universidad. No sólo en los focos de pensamiento anglosajones, sino también como colaborador en centros académicos de Australia, Japón, Taiwán o Copenhague. En España fue catedrático de Sociología en la Universidad de Barcelona, donde ocurrieron los episodios más turbios en el desarrollo de su profesión. 

Allí, hace una década cerca de una decena de alumnos le denunciaron por haber sufrido presuntamente abusos sexuales. El diario El País recogió entonces testimonios de chicos y chicas que afirmaban haber sido víctimas de tocamientos y acoso sexual. Además del contacto físico, también a través de mensajes por correo electrónico.

Los hechos se remontaban al curso 2007/08. La Universidad envío las denuncias a la Fiscalía, que habló de conductas “perniciosas”, pero archivó el caso porque los delitos habían prescrito

Años más tarde, el semanario mexicano Proceso publicó otra información con denuncias similares de alumnos, cuando De Miguel impartía una Maestría en Administración Pública de la Universidad Anáhuac en Xalapa (México). Aquí tampoco hubo ninguna condena. 

“Es un tema del que no quiero hablar, no he sido condenado por nada y no es algo que tenga que ver con mi actividad académica”, responde el sociólogo. Con todo, sobre lo ocurrido en Barcelona desliza que “quizás parte del problema es la dificultad de ser español y vivir en Cataluña en pleno proceso independentista”. 

Las denuncias, sin embargo, se produjeron en 2014. Jesús de Miguel insiste en separar este tema de su trayectoria intelectual por la que ahora ha vuelto a aparecer en la esfera pública.

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