En 2020, después de perder las elecciones frente a Joe Biden por casi siete millones de papeletas, solo unas decenas de miles de votos clave en los estados bisagra y 74 votos en el colegio electoral (306-232), Donald Trump intentó cambiar los resultados y convertir esa derrota real en una falsa victoria. No lo consiguió. Pero el fracaso puede ser un buen maestro. 

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