El nuevo curso escolar ha dado el pistoletazo de salida en la Comunidad de Madrid y alumnado, profesorado, oposición y sindicatos siguen lamentando la ineficiencia del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en varios frentes educativos, y uno de ellos vuelven a ser las becas comedor.

Desde que la presidenta se sienta al frente de Sol este tema ha traído cola por diferentes cuestiones como la negativa a conceder las ayudas a familias monoparentales, dejar fuera de las mismas a hogares que se sitúan por debajo del Ingreso Mínimo Vital (IMV), priorizar a los hijos de policías y guardias civiles e, incluso, en ocasiones “fallos informáticos” que, en la práctica, han supuesto enormes trabas para quienes querían acceder a unas facilidades que deberían alcanzar a quienes más lo necesitan. A todo ello hay que sumarle los trámites burocráticos, que siempre complican las cosas.


En el presente año la Comunidad de Madrid ha concedido 34.000 becas comedor menos de las que había anunciado en abril. En concreto, hace cuatro meses la región había promovido un gasto de 68 millones de euros en ayudas al comedor y un aumento de 30.000 becas respecto del año pasado (hasta las 137.000). La subida fue anunciada a bombo y platillo por parte de la Consejería que dirige Emilio Viciana, pero en la práctica han alcanzado las 103.000; es decir más de 30.000 menos que el periodo anterior, tal y como aparece en la resolución de beneficiarios que refleja el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM).

El dato en el que se basaba la región para prometerse capaz de cumplir su palabra es que el ingreso máximo para acceder a estas ayudas había subido de los 4.260 euros máximos a los 8.400 per cápita por cada miembro familiar, una cantidad que, aún manteniéndose inferior al umbral de riesgo de pobreza, -situado en 10.990 euros- hacía pensar que llegarían a más niños.

Isabel Galvín, secretaria general de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (CCOO) Madrid, pone de manifiesto que “ampliando los criterios debería haber mucha más familias con beca que en el curso anterior y no la hay”. Asimismo, afea el ocultismo llevado a cabo por el Ejecutivo en tanto en cuanto la Comunidad no arroja luz y taquígrafos respecto de las solicitudes recibidas. En cualquier caso, el sindicato estima que puede haber 50.000 familias que han pedido sin éxito la ayuda.

En picado desde 2009

El agente social recuerda que desde 2009 las personas a las que llegan las becas son cada vez menos. Por aquel entonces se llegaron a conceder 121.000, pero con la crisis “empezaron los recortes, que aún no se han revertido del todo”.

“Los problemas de las becas comedor son cosa de todos los cursos, y no solo de este año. Esto ha ocurrido, al menos, durante los últimos 15”, emite Galvín mientras alude a los datos la última década. En ellos se aprecia un descenso evidente con el paso del tiempo; de las 121.110 en su pico (curso 2009/2010) a las 121.110 (curso 2011/2012) o las 32.365 (curso 2012/2013), y así sucesivamente. “Nunca más han subido el número de 2009 (…) Además, hay que tener en cuenta que ha habido un aumento en la cantidad de estudiantes y que se ha encarecido el nivel de vida”, añade, considerando que en 2024 hay más de 200.000 alumnos más que por aquel entonces.

Años de polémicas y beneficios a la privada

En declaraciones a ElPlural.com, Galvín pone de manifiesto las problemáticas expuestas unas líneas más arriba y que dibujan la cuanto menos controvertida gestión que Madrid ha tenido en lo que a estas ayudas se refiere. “Hay ayudas que van de oficio a los hijos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el año pasado ya hubo problemas con la brecha digital, no se establecen tramos de renta efectivos (…)”, resume mientras trae a colación el debate plasmado por la Comunidad de Madrid después de que el equipo de Ayuso anunciara la jornada partida en los nuevos colegios públicos.

Galvín considera en conversación con este periódico que ese “no es el debate”: “No va de ampliar la jornada escolar. Ponen como ejemplo de buen hacer a Portugal o Dinamarca, pero aquí la medida viene acompañada de gratuidad en el comedor o las extraescolares; y la Comunidad de Madrid no está dispuesta a esto”. 

Esteban Álvarez, portavoz del PSOE de Madrid (PSOE-M) en Educación pone esta cuestión la mesa: «La gratuidad no sobrepasa el 3% (…) No discutimos conceder la gratuidad a determinados colectivos como hace la CAM, pero la mayoría de las personas con una renta inferior (16.000 euros al año una pareja con un hijo) no tiene derecho a esa gratuidad. Eso implica que de cada seis euros el cheque cubre apenas dos euros, dos euros y medio en el mejor de los casos; lo que ni de lejos ayuda a disminuir la desigualdad»

Basura sin recoger en un barrio de Madrid. EP.


“La situación preocupa muchísimo en los centros. Lo que nos transmiten es que las familias que realmente lo necesitas bien no las han pedido -como ocurrió el año pasado-, o bien no les llega”, expone, calificando la situación como “de emergencia”, añade a la vez que pide “no dejar de hablar del tema”.

Y para “hablar de tema” de la manera más completa posible hay que hacerlo desde un abanico en el que se incluya, entre otras cosas, que una vez más la publicación de la resolución ha vuelto a ser tardía o que la cuantía media de ayuda que se destina a este propósito apenas supera los 2 euros. “Eso no es una beca. Es un copago”, destaca la secretaria general de la Federación de Enseñanza del sindicato.

A todo ello se suma la fala de comedores públicos. CCOO cifra en unas 60.000 plazas más las necesarias para ofrecer el servicio de manera adecuada. “En realidad ahora mismo se sigue priorizando al alumnado de centros privados concertados también en este sentido (…) En la Comunidad de Madrid, solo el 0,7% del alumnado en la ESO de centros públicos va al comedor escolar, frente al 39,8% del alumnado de la ESO en centros privados concertados”.

Galvín dibuja el mapa de Madrid, donde solo 18 colegios de un total de 351 públicos tienen comedor; un 5% irrisorio en comparación con el 98% de centros privados que contemplan este servicio, según los datos que maneja el sindicato.

Álvarez, por su parte, subraya que el modus operandi de Ayuso va en contra de «todos los organismos internacionales», que indican que «para facilitar la igualdad y la inclusión, estas becas se deben conceder especialmente a los grupos más vulnerables», pero que dichos grupos en la capital «se limitan a un 3% y de ellos el 50% no tienen niveles de renta inferior».

Desde la Consejería de Educación defienden a ElPlural.com que la situación depende de las becas de las que se dispone» y de «las personas que se presentan». «Todas las personas que han cumplido los requisitos han obtenido beca, pero era una previsión», apuntan.

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