No está siendo el año de las compañías de energías renovables. Tras un complicado 2023, donde muchas acciones del sector se vieron afectadas, estos valores han mostrado un rendimiento mixto en el año. Algunas compañías continúan siendo atractivas para los inversores debido a su perfil de riesgo más bajo, pero muchas otras empresas no han corrido la misma suerte.

No obstante, el futuro parece prometedor para estas compañías. Por un lado, la reducción de los tipos de interés a nivel global ayudará a que este sector sea más atractivo para los inversores al poder acceder a, entre otras cosas, financiaciones más baratas. Las empresas de energías renovables, como muchas otras en sectores intensivos en capital, dependen de grandes inversiones iniciales para desarrollar sus costosos parques eólicos y plantas fotovoltaicas, así como otras instalaciones.

Asimismo, firmas como S&P Global y Morgan Stanley pronostican que el aumento de la demanda de energías limpias para alimentar, entre otros, al cada vez más pujante sector de los centros de datos también servirá de impulso a un sector que parece listo para levantar el vuelo en 2025. En este contexto, Stifel cree haber encontrado un diamante en bruto.

LA COMPRA «CLARA» DE STIFEL

En uno de sus últimos informes, la firma estadounidense apuesta claramente por el potencial de Voltalia, un productor de energía renovable cuyas operaciones se concentran, sobre todo, en Brasil y Europa. Para estos estrategas, la compañía es merecedora de un claro consejo de ‘compra’ y un precio objetivo de 11 euros, lo que dibuja un escenario de revalorización de hasta el 33% para la firma.

Fundada hace 20 años y con casi el 72% en manos de la familia Mulliez, una adinerada familia de empresarios franceses, el grupo «se beneficia de un entorno contractual y de mercado particularmente favorable» en renovables y se está expandiendo a un ritmo «muy rápido».

«Voltalia es especialmente conocida por haber desarrollado y puesto en marcha uno de los complejos híbridos de viento y solar más grandes y competitivos del mundo en Brasil. Hoy en día, el grupo está multiplicando sus proyectos en Europa y en países emergentes con la ambición de duplicar su capacidad de producción en los próximos cuatro años», explican estos expertos.

Dentro de la industria, Voltalia está disfrutando de un crecimiento muy fuerte, gracias en particular a su posicionamiento específico como proveedor de servicios y experto en proyectos solares en techos de gran escala. La empresa, cuya capacidad de generación de electricidad en operación y en construcción aumentó de 0,9 GW en 2018 a 2,8 GW en 2023, actualmente busca superar los 5 GW en 2027.

No obstante, eso no se ha trasladado a la cotización. Según Stifel, uno de los motivos por los que la compañía no está justamente valorada es por su mala reputación en el mercado de valores, debido a una larga historia de ‘profit warnings’. En 2023, el grupo tuvo que revisar sus previsiones a la baja tras un apagón en Brasil. Además, la dirección tuvo que revisar sus previsiones a la baja nuevamente este año para tener en cuenta la reducción de producción impuesta por el operador de la red brasileña.

Esta circunstancia, opinan desde Stifel, no debería opacar que el crecimiento subyacente de los beneficios es «fuerte». «La puesta en marcha de nuevas plantas de energía en Europa y en países emergentes continúa a un ritmo rápido, y el grupo debería ser capaz de registrar un aumento del 40% en su ingreso operativo para 2025 y casi duplicar su EBITDA en los próximos tres años», apuntan.

«Como resultado de las advertencias de beneficios, pero también de una cierta desconfianza hacia el sector de las energías renovables, Voltalia está cerca de sus mínimos y muestra múltiplos de valoración particularmente descontados. En particular, el grupo muestra un descuento de casi el 35% respecto al valor de los activos», agregan estos analistas.

Finalmente, Stifel subraya que, a pesar de que parece probable que el grupo lleve a cabo pronto un nuevo aumento de capital para financiar su crecimiento, el precio actual representa una «buena oportunidad de inversión», especialmente ante el ciclo de recortes de los tipos de interés que se avecina y a unos titulares que apuntan a ser cada vez más positivos.

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