Justo antes de que estallase la fiesta en la plaza del Pilar, Zaragoza ha reconocido a sus hijos predilectos y Juan Manuel Cendoya, Medalla de Oro de la ciudad, máxima distinción que otorga el ayuntamiento. «Sois el fiel reflejo de esa Zaragoza bimilenaria que presume de su pasado, pero también de su presente en una España de unidad e igualdad», ha expresado la alcaldesa, Natalia Chueca.
En un acto cargado de pompa y previo y al pregón, el salón de plenos del Ayuntamiento de Zaragoza se ha llenado de autoridades y personalidades para reconocer a sus hijos más influyentes. Entre los asistentes estaban el presidente del Gobierno de Aragón y exalcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, y el delegado del Gobierno de España en Aragón, Fernando Beltrán. También han acudido a la cita el exregidor Juan Alberto Belloch y el expresidente de Endesa, Manuel Pizarro.
¿Cómo hemos cambiado tanto?
Tras recibir este galardón, Cendoya quiso remontarse a su etapa en el colegio y mostró sus notas del año 1982, en la que los profesores le recalcaban que urgía «que estudiase más y mejorase su comportamiento». «¿Cómo puede ser que hayamos cambiado tanto? Porque hemos tenido a gente a nuestro alrededor que nos han ayudado, y la mayoría son de Zaragoza», ha dicho, quien reconoció también la calidad de la enseñanza de la Universidad de Zaragoza.
Cendoya ha hecho un repaso a toda su carrera y se acordó de los «funcionarios públicos». «Yo tuve el honor de servir a la Agencia Tributaria en Cataluña», ha recordado, antes de dedicarle unas cariñosas a su mujer. «Conocerla fue algo maravilloso», ha afirmado.
Previamente, los portavoces de los cuatro partidos con representación en el Ayuntamiento de Zaragoza habían presentado a los hijos predilectos de la ciudad. «Falleció en diciembre pasado y sin embargo su presencia se sigue haciendo palpable. Lo recordamos siempre con una sonrisa en la cara. Sin fronteras y siempre a favor de los más desfavorecido», ha dicho Elena Tomás, de ZeC, sobre Paco Bailo, el primero de los distinguidos.
Bailo, vecino del barrio de La Magdalena, fue director del Centro Aragonés de Recursos para la Educación Intercultural (Carei) hasta 2012 y promovió, junto a otros profesionales, el primer encuentro de Enseñantes con Gitanos. Su viuda, Carmen Carramiñana, ha recogido la distinción.
Val-Carreres, Macipe y la Junta de Confradías
El concejal de Vox, Armando Martínez, ha sido el encargado de presentar al doctor Carlos Val-Carreres, el segundo de los hijos predilectos reconocidos ayer y uno de los mejores cirujanos taurinos de España y médico en el hospital Provincial. «La cirugía, ciencia y arte a la que tanto debo. Me ha permitido mantener vivo el recuerdo de mi abuelo y de mi padre», ha afirmado Val-Carreres, recordando a sus antecesores, quienes fueron también ilustres médicos.
Seguidamente, la portavoz del PSOE, Lola Ranera, ha presentado a Javier Macipe, director de ‘La estrella azul’ e hijo predilecto de Zaragoza. «Lo primero en lo que pensé cuando me dijeron que me otorgaban este reconocimiento es que era injusto», ha señalado el cineasta, para justo después dedicar la distinción a Mauricio Aznar, protagonista de su película, «y a todas las estrellas anónimas de la ciudad».
Por último, el portavoz del PP, Ángel Lorén, ha prologado a la junta coordinadora de cofradías de Zaragoza, hija predilecta de la ciudad. «Este es un premio para todos y cada uno de los zaragozanos que un día decidieron a vivir la realidad cofrade», ha expresado Ignacio García, presidente de esta organización.