El hombre de 41 años encarcelado por secuestrar, torturar y violar durante 48 horas a una joven en Navarrés (Valencia), sumió a su víctima en un estado de terror absoluto gracias a las amenazas constantes, tanto verbales como físicas, y a las agresiones sexuales y las torturas a las que la sometió. La joven, de 27 años y que apenas llevaba unos meses en España tras venir desde Marruecos, su país natal, logró liberarse gracias a su astucia, al buscar el teléfono 016 contra el maltrato y enviar su ubicación, ya que ni siquiera sabía dónde se encontraba la casa donde estaba retenida. La chica ya ha regresado a la comunidad autónoma donde reside y desde donde viajó a Xàtiva engañada por su captor, quien le había hecho creer que acudía a una entrevista de trabajo para cuidar personas mayores y niños.
Durante esas 48 horas retenida en contra su voluntad, no solo la violó, sino que además la amenazó con difundir un vídeo que grabó a escondidas, tras colarse en el cuarto de baño mientras ella se duchaba, con frases como esta: «Si no te dejas, publico este vídeo para que todos los vean». No fue la única. También la intimidó varias veces con una navaja, con la que, por ejemplo, la amenazó «con rajarle la cara«. Y lo hizo cuando la mantenía inmovilizada, con el filo del arma clavada en la mejilla, mientras le decía: «Esto es un regalo para que se lo enseñes a tu novio».
El anuncio en Facebook
Durante más de dos días enteros, desde el 15 hasta el 17 de agosto, la tuvo retenida en su casa, la torturó, la amenazó y la agredió sexualmente. Hasta que ella, usando todo su ingenio, pudo alertar a través del 016 de su situación y salir corriendo cuando él abrió a los dos guardias civiles que acudieron al domicilio para ver qué estaba sucediendo.
Según la información a la que ha tenido acceso este diario, los hechos, que están siendo investigados por la jueza de Instrucción número 3 de Xàtiva, comenzaron cuando el presunto violador puso un anunció en una página de Facebook en el que ofrecía trabajo, preferentemente a mujeres marroquíes, la misma nacionalidad que la suya, cuidando niños y/o personas mayores.
Cuando la joven respondió, el ahora encarcelado le dijo que debía desplazarse a Xàtiva para la entrevista personal y quedó en ir a recogerla a la estación de tren de la capital de la Costera. Lo hizo acompañado por una amiga suya, española, para que su víctima se confiara al ver a otra mujer. Por esa razón, cuando le explicó que irían a su casa en coche, aunque esa otra mujer ya no fue con ellos, la joven no desconfió.
La grabó a escondidas en la ducha
Eso sí, empezó a sentirse incómoda nada más traspasar la puerta de la vivienda y ver que se quedaban solos. El hombre le ofreció ducharse, ya que acababa de llegar de un largo viaje, y ella accedió. Justo cuando iba a salir de la ducha, sorprendió al falso empleados dentro del baño, con el móvil en la mano. Convencida de que la había grabado desnuda a escondidas, se enfrentó a él y le pidió explicaciones diciéndole que qué estaba haciendo con el móvil. Una vez descubierto, el agresor dejó de disimular y pasó a la acción.
El ahora encarcelado la obligó a sentarse en un sofá y la sometió a tocamientos. La chica, pese al miedo que sentía, según explicaría después a la Guardia Civil, se puso en pie y se fue corriendo hacia la salida con la intención de escapar. Pero la puerta estaba cerrada con llave.
Violaciones con una botella y quemaduras
A partir de ese momento, empezó la pesadilla. A lo largo de las siguientes 48 horas de encierro absoluto la amenazó con una navaja, le hizo quemaduras con un cigarro en distintas partes del cuerpo y la agredió sexualmente utilizando una botella de cerveza.
Pasados dos largos días, la joven, aprovechando un descuido de su captor, logró conectarse de madrugada con su teléfono y buscar, en su idioma, cómo pedir ayuda siendo mujer. Encontró el teléfono contra la violencia machista 016 y llamó aprovechando que el violador dormía, pero no pudo entenderse con la operadora, ya que apenas habla castellano. Por fortuna, la persona que atendió la llamada captó la urgencia de la chica y la transfirió al Centro Mujer 24 horas de València. Fue allí donde le dieron un número móvil para continuar la conversación por escrito, a través de Whatsapp.
«Es un criminal, estoy en peligro, necesito Policía»
Así, valiéndose del traductor de Google, fue pasando del árabe al castellano sus mensajes de auxilio: «Estoy en peligro», «es un criminal», «necesito Policía». Además, la joven, que no tiene ninguna relación -más allá de lo que sufrió- con el municipio de Navarrés (por esa razón este diario informa de la localidad, porque no compromete el anonimato de la víctima), tuvo que enviar la ubicación para poder ser localizada, ya que ni siquiera sabía el nombre del pueblo ni dónde se encontraba.
Una vez visto que estaba encerrada en una casa de Navarrés, alertaron de inmediato a la Guardia Civil de ese municipio para que fuese a liberarla. Una patrulla con dos agentes se desplazó en ese instante, a las tres de la madrugada del 17 de agosto, a la casa y llamaron a la puerta. Pasados unos minutos, el presunto violador acabó por abrir, momento en que la chica aprovechó para salir corriendo y refugiarse detrás de los guardias, que detuvieron al sospechoso. Dos días después, la jueza de Xàtiva lo envió a la prisión de Picassent, donde permanece mientras concluye la instrucción hasta que llegue el juicio.