Jair Amador pasó la prueba del último entrenamiento este viernes del Real Zaragoza y tras completar toda la semana con el grupo volverá a la citación ante el Racing de Santander, una muestra más de la montaña rusa que está viviendo el central, el caso más estrambótico en la cascada de bajas que Víctor propuso al club tras la temporada pasada. Es verdad que Bermejo, tras su frustrado fichaje por el Sporting, y Luna y Poussin, por su acumulación de méritos, cambiaron su suerte en verano estando en el desfiladero para encontrar equipo, pero la situación de Jair no ha cambiado a ojos del entrenador, o por lo menos así se lo trasladó la última vez que charló con él, allá por mediados de agosto, pero va citado, como lo fue ante el Elche.
Víctor, al finalizar la temporada pasada, consideró como necesaria la salida del central, que llegó al Zaragoza en 2020 y que acumula 140 partidos de zaragocista, el último en el estreno liguero en Cádiz esta temporada. Allí llegó tras jugar muchos minutos en pretemporada al arribar tarde los refuerzos para el eje (Vital lo acababa de hacer y después vinieron Kosa y Clemente) y la firme decisión de Víctor fue la de alinearle de inicio.
El jugador, que solo unos días antes había preguntado al técnico si su situación había cambiado, con la respuesta de este de no moverse ni un centímetro en la decisión de no contar con él, alegó no estar preparado para jugar de inicio tras todo el verano en la rampa, pero nunca se negó a saltar de titular poniéndose a disposición del entrenador. Y acabó saliendo en la última media hora cuando la sobrecarga del recién llegado Vital obligó a que jugara y cuajando una buena actuación, asistencia de tacón poco ortodoxa a Marcos Luna en el 0-4 definitivo.
De lo sucedido y filtrado antes del duelo en Cádiz derivó un tenso momento en el vestuario después del partido con amenaza incluida por parte de Cordero de un expediente que nunca se planteó como tal. Ante el Cartagena, la semana siguiente, Jair no fue citado con un parte médico que explicaba una uveitis en un ojo tras un balonazo y frente al Mirandés no viajó después de un final de mercado en el que no hizo las maletas y tras el que se le dijo desde el club que iba a ser uno más. Las pudo hacer mucho antes, pero en el reparto salarial de su año de contrato no hubo acuerdo con el Almere, que llegaba a menos de la mitad de la ficha, y al final tampoco lo hizo al Burgos, que se cansó de esperarle, y al Levante, que no tuvo margen salarial. Con el mercado español ya cerrado sin traer a Lekovic y abierto en otros países, ha podido irse, pero no ha tenido autorización.
Así llega Jair al duelo ante el Racing, tras tres partidos (Burgos, Levante y Sporting) sin ser convocado y apenas entrenar porque el oftalmólogo aconsejó precaución tras su recaída en esa molestia. Quizá no hubiera ido citado igual en esa 3 citas, pero las rojas de Clemente y Lluís en Gijón provocaron que su alta médica llegara a toda velocidad el lunes y que tras cuatro entrenamientos esté en el banquillo, presumiblemente para una emergencia, un nuevo episodio en esa montaña rusa que vive tras ser importante en los cursos pasados y uno de los capitanes, que ya no es, con el final previsible de su salida en enero, aunque a saber…