Victor Perahia, presidente de la Unión Francesa de Deportados de Auschwitz y sobreviviente del Holocausto, ha fallecido a los 91 años de edad.

Perahia fue deportado en su infancia al campo de concentración nazi de Bergen-Belsen. Su fallecimiento ocurrió el lunes en Saint-Mande, un suburbio del este de París, según un comunicado emitido por la Unión de Deportados de Auschwitz. No se ha hecho pública la causa de su muerte.

La organización describió a Perahia como “una de sus figuras más importantes, que dedicó su vida a preservar la memoria de la Shoah con gran humanidad y determinación”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó en un comunicado que, como sobreviviente del Holocausto en su niñez, Perahia fue marcado por el “racismo y antisemitismo constantes, que lo impulsaron a combatir para despertar conciencias”. Macron agregó: “Para las generaciones futuras, sostuvo que la crueldad humana no conoce límites y que es un deber enfrentarse sin temor a todas las formas de intolerancia y ataques contra los derechos humanos básicos”.

La muerte de Perahia ocurre justo cuatro meses antes del 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, donde seis millones de judíos europeos y miembros de otras minorías fueron asesinados junto a otros campos de exterminio en Europa bajo el régimen nazi.

Nacido el 4 de abril de 1933 en París, en una familia judía de comerciantes ambulantes, Perahia creció en Saint-Nazaire, en el oeste de Francia. En julio de 1942, fue arrestado junto a sus padres y trasladado al campo de internamiento de Lande, en el centro del país. Posteriormente, fueron llevados al campo de Drancy, cerca de París, donde aproximadamente 4.000 personas fueron detenidas bajo la custodia de gendarmes franceses.

Perahia permaneció en Drancy casi dos años antes de ser deportado en 1944 al campo de concentración y trabajos forzados de Bergen-Belsen, donde fue acompañado por su madre. Finalmente, las tropas soviéticas liberaron el campo a finales de marzo de 1945. Su padre, Robert Perahia, fue deportado a Auschwitz, donde murió junto a su abuelo materno.

Joël Mergui, presidente del Consistorio de París, comentó en X: “Los testigos de esa época nos están dejando. Debemos continuar la lucha contra el antisemitismo”.

Tras muchos años de silencio sobre los horrores sufridos por él y su familia, Perahia decidió en 2015 publicar una autobiografía en la que relató su infancia interrumpida. Desde entonces, visitaba con frecuencia escuelas en París y monumentos conmemorativos, donde compartía los recuerdos de los traumas vividos durante el Holocausto. Fue presidente de la Unión de Deportados de Auschwitz.

Francia le otorgó los títulos de Caballero de la Legión de Honor y de la Orden Nacional del Mérito en reconocimiento a su fortaleza y compromiso con la memoria del Holocausto para las generaciones futuras.

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