En la carrera por el primer caza de sexta generación, la Armada de Estados Unidos avanza con el F/A-XX, mientras la Fuerza Aérea de Estados Unidos reconsidera su programa Next Generation Air Dominance (NGAD).
El programa F/A-XX sigue mientras la Fuerza Aérea pausa el NGAD
La Armada espera adjudicar un contrato para su caza basado en portaaviones, previendo que entre en servicio en la década de 2030.
El F/A-XX está diseñado para integrar capacidades avanzadas de sensores, letalidad y alcance. La Almirante Lisa Franchetti, Jefa de Operaciones Navales, subrayó la importancia de que este sistema opere en conjunto con plataformas tripuladas y no tripuladas, en sintonía con las lecciones aprendidas de la Fuerza Aérea.
Por su parte, la Fuerza Aérea ha detenido temporalmente su programa NGAD, evaluando opciones más asequibles para enfrentar las amenazas emergentes. A pesar de la pausa, la posibilidad de compartir tecnologías entre ambos programas sigue sobre la mesa.
El F/A-XX busca reemplazar al Super Hornet y Growler de la Armada
El F/A-XX está destinado a reemplazar los cazas multifunción F/A-18 Super Hornet y los aviones de guerra electrónica E/A-18 Growler. Este caza de sexta generación promete mayor alcance, mejores capacidades de detección y superioridad en guerra electrónica frente al F-35C. La integración de tecnologías no tripuladas será crucial en el nuevo diseño.
Aunque el programa enfrenta desafíos presupuestarios, la Armada ha recortado mil millones de dólares en inversiones para el F/A-XX, priorizando la preparación inmediata. Sin embargo, el compromiso del Congreso con el presupuesto del proyecto sigue siendo incierto.
A pesar de estos contratiempos, el programa F/A-XX sigue siendo una prioridad estratégica para la Armada, diferenciándose de la pausa del NGAD de la Fuerza Aérea, cuyo futuro es más incierto.
El programa NGAD de la Fuerza Aérea enfrenta dificultades financieras
El costo estimado de un avión NGAD tripulado varía entre 200 y 300 millones de dólares, lo que ha llevado al secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, a reconsiderar el enfoque. Esta pausa permite a la Fuerza Aérea reevaluar su viabilidad económica antes de seguir adelante.
Uno de los problemas clave radica en la posible necesidad de reducir el alcance y la carga útil del NGAD para hacer el programa más asequible. A largo plazo, la Fuerza Aérea podría optar por un solo motor en lugar de dos, reduciendo también costos operativos.
Se espera que las decisiones sobre el futuro del NGAD influyan en el presupuesto del año fiscal 2026, mientras se contempla la incorporación del sistema de reabastecimiento aéreo furtivo Next Generation Aerial Refueling System (NGAS).
El F/A-XX y el NGAD podrían compartir tecnologías clave en el futuro
Aunque la Fuerza Aérea ha pausado el desarrollo de su NGAD, la tecnología de propulsión podría compartirse con el programa F/A-XX de la Armada. El Next Generation Adaptive Propulsion (NGAP) es una opción viable para ambos cazas, aprovechando tecnologías desarrolladas previamente en el Programa de Transición de Motores Adaptativos (AETP).
El NGAD y el F/A-XX están concebidos para trabajar en conjunto con plataformas no tripuladas, como los aviones de combate colaborativos, una característica clave para ambos programas en escenarios futuros de combate.
La colaboración entre los servicios armados de Estados Unidos se centrará en la complementariedad de capacidades, con un enfoque en compartir avances tecnológicos que permitan a ambas ramas estar a la vanguardia en la próxima generación de combate aéreo.
El F/A-XX, clave para mantener la superioridad aérea de la Armada
La Almirante Franchetti destacó la importancia estratégica de las plataformas aéreas tripuladas para la Armada, señalando que estas son una de sus principales ventajas junto con los submarinos. La superioridad aérea sigue siendo un componente esencial en las futuras operaciones navales.
A pesar de los recortes presupuestarios, la Armada ha reafirmado su compromiso con el F/A-XX, que sigue siendo la prioridad en su estrategia de modernización de flotas aéreas. El caza de sexta generación es fundamental para mantener la ventaja operativa frente a competidores potenciales.
Las perspectivas de colaboración con la Fuerza Aérea también son claras. Ambos servicios buscan maximizar los beneficios de compartir tecnologías y aprender de los avances mutuos en la integración de plataformas no tripuladas.