De la jubilación al Barça. No hay precedentes de un fichaje así en la historia contemporánea del club. Ni tal vez tampoco en los primeros años de vida de una institución tan singular como la azulgrana. De la jubilación procede Wojciech Szczesny, el portero elegido por el técnico Hansi Flick y el director deportivo Deco para mitigar la tremenda orfandad que se vive desde que Ter Stegen se rompiera la rodilla derecha en Vila-real. Este miércoles, Szczesny ha firmado en las oficinas del club azulgrana su contrato hasta el próximo 30 de junio de 2025.
Desde Marbella llega a Barcelona el meta polaco de 34 años, donde vivía retirado desde este verano, disfrutando de Marina, su mujer, y sus dos hijos, Liam y Noelia. Szczesny será el guardián del templo por la larga lesión de Ter Stegen después de una gestión rapidísima para solventar un problema de enorme calado.
Aterrió el pasado lunes el exportero de la Juventus en Barcelona para someterse a las pruebas médicas. Este martes acudió al palco del Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc para presenciar la goleada de su nuevo equipo frente al Young Boys (5-0). Y este miércoles, finalmente, firmó su contrato. La idea del club es que aproveche estos primeros días en Barcelona, coincidiendo con el parón de selecciones que se vivirá a partir del próximo 6 de octubre, para alcanzar una condición física adecuada -no juega desde junio pasado- y pueda competir por la titularidad con Iñaki Peña.
En poco más de una semana el Barça ha encontrado un portero de alto nivel, con gran experiencia (Arsenal, Roma y Juventus, titular de la selección polaca en la última década), para no cometer la irresponsabilidad de dejar solo a Iñaki Peña, escoltado por una pandilla de jóvenes: Ander Astralaga, Diego Kochen -estará de baja durante un mes por lesión muscular- y Áron Yaakoshbili.
El limitado mercado -solo podía fichar a porteros libres o retirados estipula la reglamentación española y europea- estrangulaba al Barça, quien ha encontrado en Szcesny una solución más que sensata.
El club complace a Flick
No podía esperar el técnico, ni el club, claro, hasta el 1 de enero, expuesto como quedaba a cualquier problema físico de Peña que entonces sí sería irresoluble.
En solo nueve días, Flick, tipo que no se ha distinguido por peticiones extravagantes ni desmesuradas asumiendo la precaria situación de la entidad, ya tiene lo que realmente necesitaba.
Con Szczesny, metą de cuerpo gigantesco -mide 1,96 y pesa 84 kilos-, manos ágiles y piernas que le impulsan con energía sobre la línea de gol se garantiza el técnico azulgrana madurez y poso. No encaja en la modernidad actual, donde se contempla al portero más en un jugador de campo como inicio de la acción ofensiva, sino que evoca al guardameta antiguo, estable y cómodo bajo los tres palos.
Un portero clásico
Podrá cometer errores como cualquier portero, pero el polaco no sentirá vértigo en ningún escenario. Ni temor por cualquier delantero. Pierde el Barça notablemente en el juego con los pies -no es Ter Stegen ni se le acerca-, pero recupera, en cambio, liderazgo y personalidad. Szczesny está acostumbrado a vivir en la élite. Hasta el pasado verano fue el titular indiscutible de la Juventus. Y de la selección de Polonia, con la que disputó la Eurocopa.
Su último partido data del 21 de junio
Jugó frente a Países Bajos (1-2) y Austria (1-3). Ese fue su último partido. No juega, por lo tanto, desde el pasado 21 de junio. Consumada la eliminación del grupo, ante Francia le sustituyó Lukasz Skorupski. Desde entonces, arrinconó el fútbol para concentrarse en su familia y mejorar su hándicap de golf, loco como es de este deporte.
En Marbella estaba tranquilo, ajeno al fútbol (pudo seguir en Italia con el Monza o la Fiorentina, pudo ir a Arabia Saudí, fue contactado por Thibaut Courtois para ser el segundo del Madrid si Lunin se iba), sin necesidad de usar los guantes.
Tan solo jugueteando en el jardín y hasta dentro de su casa con Liam, su hijo mayor (seis años), que lo tiene como portero en exclusiva. Lo tenía. Ahora, tal vez abandonen todos Marbella camino de Barcelona para volver a la élite por la vía más inesperada. Szczesny había dejado dicho en entrevistas durante sus primeros días de ‘portero retirado’ que le encantaría asistir al Bernabéu para ver el Madrid-Barça del próximo 27 de octubre.
TEK para los italianos
Iba a ir el polaco de espectador. Lo que nunca podría haber imaginado es que podrá verlo ahora desde una posición privilegiada. Tal vez, dentro del césped siendo el meta titular del Barça. O en el peor de los casos, sentado en el banquillo del modernísimo y mal insonorizado estadio blanco.
Ese domingo de septiembre, justo en el momento en que la rodilla derecha de Ter Stegen caía de mala manera en La Cerámica rompiéndose el tendón rotuliano, le cambió la vida a Szczesny, a quien en Turín llamaban TEK para simplificar ese difícil nombre (Wojciech) unido al singular apellido que tiene, que provoca diversas y peculiares pronunciaciones, depende si sale de la voz de un polaco, italiano, español o catalán ahora.
Es un «portero sin filtros», como lo definió el diario italiano ‘La Gazzetta dello Sport’. Tipo de enorme personalidad, de qien se divulgó su condición de fumador en su época en el Arsenal, lo que causó un conflicto con quien era entonces su entrenador: Arsène Wenger.
Aparcando el golf
Sin filtros estaba ya el polaco en Marbella, creyendo que todo había terminado porque con Liam no necesitaba ni usar los guantes y entretenido en el rodaje de un documental sobre su vida. Una obra audiovisual que se debe estrenar el próximo año en Prime Video.
El guión estaba escrito y cerrado. Hasta que sonó su teléfono móvil. “Te quiere el Barça”. Y aquí está, viniendo, Mediterráneo arriba, para instalarse en Barcelona, la gran Liga que le faltaba por conocer tras expresarse como portero en la Premier y la Serie A. Y Liam ya no podrá jugar tan a menudo con su padre. Marina, cantante nacida en Ucrania, que se fue a Polonia con dos años, tampoco lo tendrá tanto en casa. Al ‘jubilado TEK’ se le viene trabajo.