Cada vez son más las centrales de carbón que echan el cierre, algo necesario para atajar las emisiones que calientan el clima, dado que este combustible fósil es el más contaminante de todos. Pero lo ocurrido ahora en Reino Unido constituye un acto de gran simbolismo, porque ha cerrado allí la última central de carbón. Es el país en que, precisamente, nació esta perniciosa industria a finales del siglo XIX.

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