El turista estadounidense se está convirtiendo en el preferido por muchos establecimientos comerciales y de restauración ubicados en los ejes más frecuentados por los visitantes de Mallorca, hasta el punto de que para muchos de estos negocios, el desembolso global que realizan las personas de esa nacionalidad supera ya al de los británicos, pasando a un segundo puesto que solo se ve superado por los alemanes. Desde las patronales de ambos sectores se coincide a la hora de reclamar una mayor promoción en el norte de América y un esfuerzo para conseguir que aumenten las conexiones directas con el aeropuerto de Son Sant Joan.
Un estudio realizado en relación al gasto con tarjeta de crédito en importantes establecimientos de Palma durante los meses de verano desvela que en el caso de la clientela extranjera, el 30% de los ingresos obtenidos proceden del bolsillo alemán, pero con la sorpresa de que los estadounidenses han pasado a ocupar el segundo puesto, superando por primera vez a los británicos. Tanto esta clientela norteamericana como la llegada del Reino Unido se mueven en torno a un 15% de esa facturación a personas no españolas, pero la primera se ha puesto por delante de la segunda por un escaso margen. A notable distancia, moviéndose entre el 5% y el 6%, aparecen otros mercados como el suizo, el francés o el sueco.
Este adelantamiento se explica porque mientras que el gasto realizado en estos establecimientos por los estadounidenses ha aumentado más de un 30% interanual, el de los visitantes de otros países ha mostrado crecimientos muy limitados, o incluso ligeros descensos como en el caso de los suizos.
Elevado gasto medio
Hay un aspecto clave, y es que aunque la clientela norteamericana es muy inferior a la alemana o británica, el gasto medio por persona que realiza es muy superior, y además se trata de un turista que permanece poco en el hotel y que se mueve de forma muy intensa por zonas como el centro de Palma.
La importancia que para muchos negocios de estos ejes tiene el cliente estadounidense es confirmada por el presidente de la asociación de comerciantes de Jaume II, Pedro Mesquida; y por las presidentas de las patronales de este sector Afedeco y Pimeco, Joana Manresa y Carolina Domingo respectivamente, pero también por el presidente de Restauración-CAEB, Juan Miguel Ferrer.
Juan Miguel Ferrer, presidente de Restauración-CAEB / G. Bosch
Mesquida no tiene dudas respecto a que el turista americano (cita también el caso de los mexicanos) se ha convertido en uno de los pilares que sustentan los ingresos de comercios como los del centro de Palma debido a los importantes desembolsos que realiza, con un ticket medio por compra notablemente superior al de la mayoría de nacionalidades. En este grupo coloca también a los suizos.
Manresa destaca que el estadounidense, además de realizar importantes desembolsos, apuesta claramente por la calidad y por las marcas, mientras que Domingo pone en valor la inyección económica que estos visitantes han aportado al sector comercial en un momento en el que el gasto medio que otras nacionalidades realizan en este sector está dando señales de debilidad. «Gracias a ellos la situación de muchos establecimientos ha mejorado notablemente», subraya.
Ese entusiasmo por la clientela norteamericana es expuesto igualmente por Juan Miguel Ferrer, que no duda en asegurar que en muchos negocios de su sector «está dejando más dinero que nadie». «Para ellos somos un destino barato y valoran mucho la relación calidad/precio que se ofrece en las isla», señala el presidente de Restauración-CAEB. Añade que se trata de un visitante «al que no veremos en una hamaca junto a la piscina del hotel, sino que le gusta moverse por la isla y disfrutar de diferentes actividades, lo que hace que el dinero que gasta, que es mucho, se reparta por los diferentes sectores». También destaca un aspecto que esta clientela valora de forma especial en la isla: la seguridad.
Más promoción
Si hay un punto en el que coinciden absolutamente todos los representantes empresariales consultados es en reclamar a las Administraciones de las islas un mayor esfuerzo promocional en Estados Unidos, y en buscar no solo que los vuelos directos que United Airlines realiza entre Nueva York y Palma aumenten sus frecuencias, sino también en abrir nuevas vías de comunicación desde otros puntos de América, como sería el caso de Miami.
«Hemos de ser valientes y apostar claramente por impulsar iniciativas que permitan aumentan la llegada de este tipo de turistas, porque vamos mal si seguimos con los visitantes de siempre en un momento en el que baja su poder adquisitivo», afirma Ferrer. Todos los representantes del comercio mallorquín se adhieren a esta reivindicación.
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