El primer partido como local de la historia del Girona en la Liga de Campeones, este miércoles con el Feyenoord neerlandés, se saldó con una amarga derrota para el equipo de Míchel Sánchez, que se marcó dos goles en propia portería ante un rival que solo chutó dos veces entre los tres palos, perdió por lesión a Viktor Tsygankov y falló un penalti y enlazó el sexto encuentro sin ganar.

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