La siesta, un hábito arraigado en la cultura española, ha perdido popularidad en los últimos tiempos, pero su importancia para la salud y el rendimiento no debería ser subestimada. Según la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos y la Asociación Española de la Cama (Asocama), solo un 16,2% de la población en España practica este descanso, a pesar de los múltiples beneficios demostrados científicamente.
Este tiempo de descanso después de comer es típico en países del sur de Europa, como España, además de Hispanoamérica, norte de África, China y Oriente Medio.
Beneficios de dormir la siesta
Entre los beneficios para la salud a la hora de realizar la siesta, según la Fundación Española del Corazón están los siguientes:
- Previene enfermedades cardiovasculares: la siesta disminuye el estrés y el riesgo de padecer cardiopatías en un 37%, al liberar hormonas beneficiosas para el cuerpo.
- Facilita el aprendizaje: la siesta mejora la capacidad de aprendizaje y la retención de conocimientos, lo que puede potenciar la productividad laboral y el desempeño académico.
- Estimula la creatividad: investigaciones muestran que la siesta puede potenciar la actividad cerebral asociada con la creatividad.
- Facilita la resolución de problemas: durante la fase REM del sueño, se agiliza la conexión de ideas y la resolución de problemas de manera más eficiente.
- Fomenta la positividad: las siestas pueden aumentar la receptividad emocional y reducir los sentimientos de ira y miedo.
- Mejora el estado de ánimo: el descanso proporcionado por la siesta contribuye a un aumento de la serotonina, neurotransmisor relacionado con el bienestar emocional.
Consejos para una siesta eficaz
Los expertos recomiendan tener en cuenta lo siguiente para hacer una siesta de calidad:
- Ambiente adecuado: buscar un lugar tranquilo, con poca luz y ruido, y una temperatura agradable para descansar.
- Horario ideal: descansar entre las 13:00 y las 17:00 horas después de comer, aprovechando el pico de somnolencia natural.
- Duración recomendada: Siestas cortas de 10 a 30 minutos, evitando superar los 30 minutos para no interferir con el sueño nocturno.
Resultados según los tiempos de siesta
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Flinders en Australia, publicado en la revista Sleep y recogido por el National Geographic, arrojó luz sobre la importancia de la duración de este descanso intermedio en nuestra rutina diaria.
El estudio comparó diferentes duraciones de la siesta, desde la ausencia de descanso hasta periodos de 5, 10, 20 y 30 minutos, evaluando a 24 voluntarios jóvenes adultos sanos. Se observaron mejoras significativas en latencia de sueño, rendimiento cognitivo y niveles de alerta, dependiendo de la duración de la siesta.
- 5 minutos: se detectaron beneficios mínimos en comparación con no dormir.
- 10 minutos: resultó ser la duración más eficaz, con mejoras inmediatas y sostenidas en el rendimiento cognitivo y la vigilia hasta 155 minutos después de despertar.
- 20 minutos: las mejoras surgieron 35 minutos después de despertar, pero su efecto solo se mantuvo durante 125 minutos.
- 30 minutos: aunque se experimentaron mejoras, el rendimiento se deterioró de forma momentánea después del despertar, con beneficios que duraron 155 minutos.
En resumen, la siesta no solo es un momento de relax, sino una herramienta poderosa para mejorar la salud y el rendimiento en diversas áreas de la vida diaria.