En la recta final de la pasada temporada, el desplazamiento social a París para una eliminatoria de Champions se saldó con dos aficionados barcelonistas detenidos por la policía francesa. A uno se le vio en la grada del Parque de los Príncipes realizando el saludo nazi de manera repetida y al otro, el gesto del mono a jugadores negros del PSG. El joven que hizo el gesto racista quedó libre sin cargos al cabo de un día, mientras que el que efectuó el saludo nazi fue citado a una futura comparecencia por un delito de apología criminal, castigado con penas de hasta cinco años de prisión en Francia.
Eso sucedió en el penúltimo viaje del Barça por Europa, cuando el PSG de Luis Enrique eliminó al Barça de Xavi. En el último, este mes en Mónaco, apareció una pancarta con simbología nazi de exaltación al técnico alemán Hansi Flick en el estadio Luis II. La mostraron miembros de los Boixos Nois, según han confirmado fuentes judiciales a este medio. Incluso, en ese viaje había algún miembro histórico de este grupo de seguidores radicales que han tenido sus enfrentamientos con el presidente azulgrana Joan Laporta tras ser vetados del Camp Nou.
Por este incidente con la pancarta a Flick la UEFA castigó al club azulgrana con una multa de 10.000 euros y la prohibición de que los seguidores azulgranas puedan desplazarse al próximo partido fuera de la Champions, en concreto al campo del Estrella de Belgrado el 6 de noviembre. Un castigo humillante para el FC Barcelona, que acató sin protestar.
La incrustación de seguidores ultras en los viajes del Barça preocupa al club que preside Joan Laporta. No se les ha detectado en los partidos de Montjuïc, pero han irrumpido en los desplazamientos. En su comunicado tras la sanción de la UEFA, el FC Barcelona admitió la existencia de «comportamientos» de los grupos de animación y de los aficionados que están acarreando «reiteradas sanciones, tanto en el ámbito estatal como internacional». El club suspendió su condición de socios a los aficionados de París, cuyo comportamiento costó al FC Barcelona una multa de 25.000 euros y otros gastos de compensación al PSG.
Fuentes policiales han explicado a EL PERIÓDICO que bajo el paraguas de los Boixos Nois se funden un heterogéneo grupo de seguidores que tienen en común su ideología cercana a la extrema derecha y el uso de su simbología en pancartas, bufandas o camisetas. Al no poder entrar desde hace años en el estadio del Barça, sea el Camp Nou o el Lluís Companys, estos seguidores aprovechan los desplazamientos por Europa del club azulgrana para colarse en las gradas, como sucedió en Mónaco.
‘Flick Heil’
Las fuentes policiales han advertido que estos grupos ultras del club azulgrana sienten fascinación por el actual entrenador por su mera condición de ser alemán, además de los buenos resultados obtenidos hasta ahora bajo su dirección. La pancarta aparecida en Mónaco, con el mensaje ‘Flick Heil’ (Salve Flick) y la H en letra gótica similar a la tipología usada por los representantes nazis, ratificaría esta impresión. Hace unas semanas, en las redes sociales de los Boixos Nois, se lanzó un mensaje de apoyo al nuevo técnico.
Flick, por cierto, avaló las palabras de la portavoz del FC Barcelona, Maria Elena Fort, que escribió un tuit contundente tras ver la pancarta de tintes nazis, cuyos autores el club azulgrana no tiene identificados, según mantienen a este diario: «Indigno. Vergonzante. Asco y tristeza que alguien quien dice amar al club actúe así. Todo tiene un límite. Nunca se puede volver a repetir. Nunca más», escribió. «Lo que ha dicho Elena está muy bien y no hace falta añadir más», comentó el entrenador en rueda de prensa.
Simbología de los Boixos Nois
Estos ultras azulgranas son cada vez más jóvenes, señalan fuentes policiales, y tienden a acercarse a los Boixos Nois adoptando su simbología. «Controlan mucho quien les entra», señalan fuentes judiciales sobre estos nuevos seguidores radicales que, por el momento, no tienen ninguna relación con los Casuals, una facción más violentas de simpatizantes azulgranas que han estado bajo la lupa policial y judicial por la comisión de posibles delitos.
Desde el FC Barcelona indican a EL PERIÓDICO que existen filtros internos para evitar la entrada de jóvenes violentos o racistas en la grada de animación, pero «no se puede asegurar al 100% de que no se meta alguna vez algún elemento que no debería estar allí». Estas fuentes subrayan la voluntad de Laporta de atajar un problema al que es «especialmente sensible» por el precedente de su primer mandato, cuando plantó cara con determinación a los Boixos Nois.
Generalmente, el Barça suele repartir las entradas que recibe para los desplazamientos entre los socios y las peñas. A los primeros resulta fácil de controlar; en el caso de los segundos, puede haber fugas, y es de ahí de donde se sospecha que los ultras pudieron obtener sus localidades. También hubo seguidores radicales del Barça en el campo del Nápoles, en otro desplazamiento del curso pasado en Champions, aunque no se registraron incidentes.