Gayà volvió a los entrenamientos el domingo realizando parte de la sesión con el grupo y en la jornada de ayer lunes siguió con esa línea. Las buenas noticias con el capitán de Pedreguer no paran de llegar y a pesar de las palabras de Baraja pidiendo calma, la afición ya tiene muchas ganas de poder ver después del parón de selecciones al lateral izquierdo. Y es que en un club que marcha en descenso, donde la crisis afecta a todos los estamentos de la entidad, empezando por el propietario, la vuelta del capitán se asume como un motivo para sonreír. Con un parón por el medio y tres semanas hasta la próxima cita en la que podría tener minutos (contra la UD Las Palmas en Mestalla), el aficionado espera ganar al Leganés y marcharse al ‘break’ internacional con tres puntos más en el bolsillo y a un partido de contar de nuevo con el capitán.
La realidad, por otra parte, es que las opciones de vencer en Butarque sin Gayà son muy pocas con los números en la mano. De hecho, el empate es la opción más probable. Desde que Baraja llegó al banquillo la influencia del ‘14’ es total. Hay un equipo con él y otro sin su figura. Tanto en cuanto a juego como en los resultados. En ese primer factor, el primero de los beneficiados por la figura de Gayà la temporada pasada era Diego López. Los motivos eran más que evidentes. La influencia del lateral a nivel ofensivo ha ido aumentando a medida que el nivel de la plantilla del Valencia CF ha ido bajando. Tiene que hacer más cosas que antes porque cada vez hay menos futbolistas que consigan generar peligro. Tan sencillo como eso. Y el curso pasado su capacidad para ganar posición en ataque permitía a Diego irse a posición interior y de esa manera sumabas a dos jugadores en ataque. Uno con Gayà y otro con el asturiano en el área. Sin él, la asociación con Jesús era vacía y cuando tocaba jugar con un diestro a pierna cambiada directamente no existía.
Con números en la mano la situación todavía es más evidente. Ya la primera campaña en la que llegó Baraja, con el debut en el partido contra el Getafe, hubo un Valencia los partidos que jugó el capitán y otros en los que no pudo jugar por lesión o por descanso. En concreto, el capitán ganó 2.05 puntos por partido. Y eso, visto lo visto por el contexto de la temporada, son muchos puntos. De equipo de Europa. Por su parte, sin él, los puntos conseguidos eran 1 de cada 3. Muy pocos. Tanto que no dan ni para salvación. Esa situación se hizo también evidente en la 23/24. El capitán del equipo valencianista consiguió el curso pasado una media de 1,46 puntos por partido, acercando al equipo a los puestos europeos. Sin embargo, el tramo final de campaña, justo en el que se cayó el equipo, se evidenció que sin el ‘14’ el equipo está lejos de ser competitivo. De hecho apenas ganó 1 punto por partido. Este año la cifra es aún menor, ya que lleva 5 puntos de 24 posibles.
En definitiva, Gayà es fundamental en el equipo por muchos motivos. Por su influencia en ataque pero también porque es el jugador más capacitado para ganar duelos defensivos, combinar, mandar en la zaga y poner un poco de orden sobre el terreno de juego. En definitiva, los dos tipos de fútbol. El que se ve y ese juego oculto en el que también aporta el punto de experiencia de un jugador que lleva una década como titular indiscutible en el Valencia CF.