El Govern de Salvador Illa acordó este martes ampliar la última convocatoria de Mossos d’Esquadra de este año de 900 a 1.300 agentes. Un incremento del 45% respecto a lo previsto por el ejecutivo de Pere Aragonès, que ya se había comprometido a un plan de incremento de la plantilla de la policía autonómica para alcanzar los 22.006 agentes en 2030, tal como se acordó con el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, en la Junta de Seguridad entre Gobierno y Generalitat.

Aun así, el Govern socialista ha decidido pisar el acelerador bajo la batuta de la consejera Núria Parlón con la intención de completar antes de 2030 ese incremento de la plantilla y compensar, al mismo tiempo, las bajas por jubilación que se intensificarán a partir del próximo año. Responde así a la percepción de inseguridad que siguen mostrando sondeos como la Encuesta de Servicios Municipales de Barcelona, que hace menos de una semana situaba la inseguridad como el primer problema para los barceloneses.

Las infracciones penales crecieron un 4,5% en Cataluña en el primer semestre de 2024 según los datos del Ministerio del Interior. Una media que se sitúa por encima de la española, con un crecimiento del 3%, impulsada por el crecimiento de los delitos a través de internet (+14,5%). Por contra, bajaron los robos con violencia y los robos en domicilios.

Revisar el techo de 22.000 agentes

La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, anunciaba esta decisión incidiendo en que el objetivo del ejecutivo de Illa es la «tolerancia cero con la delincuencia». El incremento de agentes, añadió Paneque, muestra «el compromiso con la seguridad» que es una de las banderas del Govern. Desde la Consejería de Interior advierten que la policía autonómica arrastra un «déficit estructural» en sus dotaciones y apunta a la necesidad de revisar el techo de 22.006 efectivos fijado en 2021.

La Generalitat necesita la aprobación del Ministerio del Interior para aumentar la dotación de Mossos d’Esquadra. El cuerpo autonómico nació con una previsión de 17.000 agentes, que se incrementó hace tres años en el marco de los acuerdos de «distensión» entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Pere Aragonès. Ahora, el ejecutivo de Illa podría pedir revisar de nuevo esa cifra a la vista de los «nuevos riesgos a los que se enfrenta la sociedad».

Desde Interior señalan, en este sentido, nuevos ámbitos de trabajo para la policía autonómica que van desde «el terrorismo y la radicalización» al cibercrimen, la delincuencia urbana o el tráfico de drogas y el crimen organizado, tras unos años de aumento exponencial del cultivo y tráfico de marihuana en Cataluña.

Plan Daga

En este contexto se inscribe también el Plan Daga puesto en marcha por mossos y policías locales el pasado fin de semana. Un total de 837 dispositivos de control centrados especialmente en Barcelona y las ciudades metropolitanas que permitieron retirar 336 armas. La gran mayoría de ellas eran armas blancas, pero la policía intervino también 68 «herramientas peligrosas» que van desde bates de beisbol a pistolas eléctricas.

El director general de Policía, Josep Lluís Trapero, presentó esta intensificación del Plan Daga advirtiendo que entre enero y agosto se intervinieron 6.252 armes blanques, la mayoría en la demarcación de Barcelona. Trapero advirtió además que se ha producido un «aumento insoportable» del número de apuñalamientos en este periodo.

De hecho, en los primeros ocho meses del año se registraron 2.498 incidentes con arma blanca frente a los 2.971 que se habían producido en todo el año anterior. La previsió, por tanto, es que el 2024 se cierre con un incremento de incidentes de este tipo respecto al año anterior.



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