El Valencia CF como club ha dejado atrás toda la ambición y el deseo de pujar con los grandes a todos los niveles. Si el primer equipo masculino lleva experimentando una degradación sistemática los últimos cinco años de la mano de Peter Lim y sus ayudantes en Valencia, el VCF Femenino no ha vuelto a ser un combinado pujante y en crecimiento desde el adiós de Cristian Toro en 2017.
Aquel año el equipo quedó tercero con una plantilla de mucho nivel y se situaba ante la oportunidad de meter una marcha más y convertirse en uno de los aspirantes a jugar competición europea, pero el club tomó el camino de empezar a devaluar la plantilla y con ello degradar el potencial competitivo de un equipo al que poco a poco han mandado al objetivo de la salvación como único camino. Este curso ha empezado de la peor manera posible y las valencianistas son colistas de la Liga F con un empate y tres derrotas en cuatro partidos.
Continuando con la tendencia de las últimas campañas, el equipo dio salida a su mejor jugadora (Fiamma Benítez en este caso) y no se ha reforzado al mismo nivel. Si a eso se suma la lesión de gravedad de Anita Marcos en el tramo final de la pasada campaña, la marcha de Ivonne Chacón al Levante y perder ahora también por lesión a la mejor jugadora del equipo, Enith Salón, convierte la temporada en una montaña que las de José Luis Bravo van a tener que escalar.
El equipo arrancó el curso empatando contra el Levante Las Planas, pero no ha sido capaz de rascar ni un solo punto ante Eibar y Sevilla, rivales directos, ni Atlético de Madrid, en ‘otra liga’.
Este viernes visitará al Real Madrid en Valdebebas en otro de los partidos más duros del curso y después recibirá a un contrincante por la permanencia como es el Granada con la obligación de reaccionar y empezar a sumar puntos para salir de la zona roja.