Tras el improductivo ataque del pasado abril y ante las recientes operaciones contra Hezbolá, desde Teherán acaban de ejecutar una nueva ofensiva contra Israel. Según las últimas informaciones recogidas por el diario Hareetz, Irán ha lanzado más de 200 misiles contra territorio israelí en la tarde de este martes.

«Hace poco tiempo, se han lanzado misiles desde Irán hacia el Estado de Israel», ha asegurado el ejército israelí en un comunicado. «Se les pide que permanezcan alerta y sigan con prescisión las instrucciones del Comando del Frente Interior».

«Los sistemas de defensa aérea están completamente preparados para cualquier ataque de Irán«, ha indicado un portavoz militar israelí horas antes del ataque. «Pero no se ha identificado ninguna amenaza hasta el momento».

En la anterior ocasión, los escudos antiaéreos desarrollados por Israel funcionaron a pleno rendimiento y consiguieron repeler la inmensa mayoría de los proyectiles. Según explicaron las Fuerzas de Defensa, el ataque iraní no causó ninguna baja personal y tan sólo algunos daños materiales de diversa consideración al no estar las zonas despobladas completamente protegidas por todas las capas.

El potencial ataque del régimen de los ayatolás llega en un momento de máxima tensión en la región. Principalmente cuando Israel comenzó con una incursión terrestre en el sur del Líbano con el fin de neutralizar a Hezbolá, fuerza proxy de Teherán en la región. De hecho, se ha encontrado material militar iraní en manos de guerrilleros de Hezbolá en varias ocasiones.

En cuanto al armamento, los misiles se han erigido como una de las especialidades de la industria armamentística de Irán, que dispone de un amplio número de modelos diferentes y con capacidad para alcanzar territorio israelí. Conforman los dos pilares fundamentales de su estrategia de proyección de capacidad militar junto con los drones.

Dos misiles hipersónicos

Dentro de los mencionados misiles, la categoría más avanzada es la que se compone de los hipersónicos Fattah. La primera generación, denominada Fattah, se presentó en junio del año 2023 como el único «capaz de penetrar todos los escudos de defensa», según señaló en junio Amirali Hajizadeh, jefe de la fuerza aeroespacial del país, en claro guiño a los escudos antiaéreos desplegados por Israel.

Misil hipersónico Fattah 2 durante su presentación


Misil hipersónico Fattah 2 durante su presentación

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Según datos oficiales, «el misil hipersónico, guiado con precisión, tiene un alcance de 1.400 kilómetros» y es capaz de «eludir los sistemas antibalísiticos más avanzados de Estados Unidos y el régimen sionista», incluida la famosa Cúpula de Hierro. En cuanto a la velocidad, la máxima que alcanza el proyectil se ha estimado en 17.000 kilómetros por hora. Suficiente para alcanzar territorio israelí en muy pocos minutos.

Exactamente 5 meses después de que el Fattah hiciera acto de presencia ante el público, Teherán presentó la segunda versión del misil. Bajo el nombre de Fattah 2, la agencia de noticas iraní Tasnim News dijo que este modelo se encuadra dentro de la categoría de los hipersónico HGV.

Los HGV —Hypersonic Glide Vehicle o Vehículo Planeador Hipersónico— es uno de los métodos más utilizados para crear este tipo de armamento. Consiste en el lanzamiento de un cohete con uno o varios de estos vehículos en su interior para, una vez a la altura deseada, desplegarlos siguiendo una trayectoria de reentrada atmosférica maniobrable.

La diferencia de los HGV respecto a los misiles balísticos tradicionales es que los primeros cuentan con una alta capacidad de cambiar de rumbo y trayectoria durante su vuelo. Algo que les permite realizar movimientos impredecibles para los escudos antiaéreos que se ven superados ante los constantes cambios de altitud y rumbo. En el caso de llevar más de un HGV —algo de lo que en el misil recién presentado carece— pueden atacar varios objetivos con el mismo lanzamiento.

Misil Fattah 2 completo (izquierda) junto con el vehículo planeador hipersónico (derecha)


Misil Fattah 2 completo (izquierda) junto con el vehículo planeador hipersónico (derecha)

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Los datos publicados apuntan a que el Fattah 2 cuenta con una etapa primaria de propulsión que comparte con el misil Kheibar Shekan, presentado a principios de 2022. Este primer propulsor le permitiría ascender a una altitud no revelada para, una vez allí, encender la segunda etapa de combustible líquido. El último paso de esta fase del vuelo es el despliegue del mencionado vehículo de planeo hipersónico, que será el encargado de alcanzar el objetivo final.

En lo relativo a las especificaciones del segundo modelo, medios iraníes han indicado que puede llegar hasta los 1.500 kilómetros de rango operativo; muy por debajo de otras propuestas HGV de países como Rusia o China, con alcances globales de decenas de miles de kilómetros. «El Fattah 2 puede elegir la forma de su trayectoria de vuelo como los misiles de crucero», afirman desde Tasnim. Puede «engañar a los sistemas de defensa antimisiles del enemigo en cualquier momento mediante la realización de maniobras».

También explican que la velocidad máxima que puede alcanzar se sitúa en torno a 10 veces la del sonido, unos 12.000 kilómetros por hora. Según explican, la combinación de esta alta velocidad con la capacidad de maniobra supone un verdadero reto para los escudos antiaéreos, tecnología en la que Israel ha demostrado estar en la cúspide del desarrollo tecnológico de todo el mundo con sistemas como la Cúpula de Hierro o el Iron Beam que emplea láser.

El nuevo misil hipersónico iraní emplea para el guiado únicamente las superficies de control de vuelo, algo que la industria de Teherán ya ha aplicado a otras armas. Según apunta Janes, el vehículo de reentrada podría estar «inspirado en el Boeing X-51 Waverider», una aeronave experimental hipersónica de factura estadounidense.

Si bien Irán es ya uno de los polos de la industria de defensa más importantes, una parte importante de los analistas militares occidentales indican que el país «a veces exagera sus capacidades misilísticas», tal y como recoge Reuters. Las preocupaciones sobre los misiles balísticos de Teherán fueron decisivas para que Estados Unidos decidiera abandonar el pacto nuclear en 2018 y se unió el temor del desarrollo de armamento radiactivo.

Misiles balísticos

En el ataque de abril, el último recuento publicado por Israel indicó que llegaron a su espacio aéreo un total de 110 unidades de misiles balísiticos de medio alcance. Liderando esta categoría, como plataforma con más capacidad, se encuentra el misil Kheibar.

El Kheibar dispone de un rango operativo de 2.000 kilómetros —suficiente para llegar a suelo israelí— y una cabeza de guerra de 1.500 kilogramos. Se puso en servicio en junio de 2023 y pertenece a la cuarta generación de la familia de misiles Khorramshahr fabricados por el Ministerio de Defensa del país persa.

Otro de los pertenecientes a la categoría de misiles balísticos de medio radio es el Kheibar Shekan. Comenzó a fabricarse en el año 2022 y, según algunos analistas, podría haber participado en el ataque masivo del pasado abril.

Shahab 3

Este modelo emplea combustible sólido para alimentar a su propulsor y cuenta con un radio de acción de 1.400 kilómetros, por lo que sería capaz de alcanzar suelo israelí. Mide 11,4 metros de largo por 76 centímetros de diámetro y tiene un peso de 6,3 toneladas en el momento del depsegue. Su cabeza de guerra con compuesto alto explosivo alcanza los 550 kilogramos y, según medios iraníes, se ha diseñado para burlar los escudos antiaéreos de Israel.

Entre los más veteranos de la categoría se encuentra el Shahab-3. Este modelo se puso en servicio en 2003 como una de las primeras aproximaciones de la ingeniería iraní a este tipo de armamento avanzado. Dispone de un cohete de combustible líquido y su poder destructor es varias órdenes mayor a los antes mencionados.

La principal característica del Shahab-3 es que puede incorporar una cabeza de guerra de hasta 1.200 kilogramos, con la posibilidad de intercambiarla por 5 ojivas más pequeñas para atacar de forma simulatánea a diversas localizaciones. Este misil cuenta con un radio de acción de 2.000 kilómetros en su versión de rango extendido y alcanza hasta 400 kilómetros de altitud.



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