«Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande». Son las 61 palabras que dirá este martes 1 de octubre Claudia Sheinbaum Pardo (Ciudad de México, 1962) en la toma de protesta, como se llama la toma de posesión en México. Justo en la medianoche, Sheinbaum se convertirá en la primera mujer que asume la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos en 200 años de historia.

La ceremonia tiene un marcado carácter laico, y por ello se protesta, en el sentido se adquiere el compromiso, de respetar la Constitución. No se jura. Así viene siendo desde la Constitución de 1917, en la que se eliminaron las referencias religiosas. el acto tiene lugar en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a partir de las 9h en el DF (17h en España). La diputada y economista Ifigenia Martínez Hernández entregará la banda presidencial, con los colores de la bandera mexicana, a Claudia Sheinbaum.

La ausencia del Rey de España, a quien Sheinbaum, en línea con su predecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), exigía pedir perdón por la conquista, contrasta con la presencia de dictadores como el cubano Miguel Díaz Canel. De la Unión Europea asiste el Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad, el español Josep Borrell, ya de salida del cargo. Pero Alemania ha enviado al ex presidente Christian Wulff y EEUU a la primera dama, Jill Biden. Las relaciones con EEUU, como con España, están «en pausa». Sí que asisten el presidente brasiñelo, Lula da Silva, un referente para AMLO, el colombiano, Gustavo Petro, y el chileno, Gabriel Boric.

Este lunes su mentor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien ha ocupado la Presidencia el pasado sexenio, comparecía por última vez ante los medios. Las Mañaneras, que se prolongaban durante horas, han marcado la agenda de su mandato. Desde ese privilegiado púlpito defendía sus logros y arremetía contra aquellos que los ponían en cuestión. Su portavoz le ha ofrecido una grabación de La Paloma, cantada por la artista Eugenia León y su esposa Beatriz Gutiérrez, entre otros. AMLO se ha emocionado.

Las Mañaneras será quizá el gran cambio que se percibirá en el mandato de Claudia Sheinbaum, que sabe que debe su excelente resultado electoral a la popularidad de AMLO. Termina el sexenio con más del 70% de popularidad. Sheinbaum logró en las elecciones del pasado 2 de junio casi 36 millones de votos, es decir, el 59,76%, 32 puntos más que Xóchitl Gálvez, su rival más sólida. El partido de Sheinbaum, Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), fundado por AMLO en 2014, consiguió mayorías legislativas inéditas.

Luces y sombras de AMLO

Para Anna Ayuso, investigadora principal en el CIDOB, «hay un sector importante de la población que valora cómo ha contribuido a reducir la pobreza con el aumento del salario mínimo y las transferencias monetarias (ayudas a los más desfavorecidos). Pero Sheinbaum ha de gestionar cómo seguir avanzando sin recursos. Algo parecido le pasó a Dilma con Lula».

AMLO ha triplicado el salario mínimo y duplicó las pensiones más bajas. Salieron de la pobreza unos 5,1 millones de personas, según datos del gobierno. Si bien aún hay 46,8 millones de pobres en México, según Oxfam.

El problema de Sheinbaum es que ni la economía avanza, la media de crecimiento en el sexenio es del 0,9%, ni se ha acometido la reforma fiscal, de modo que solo puede seguir recortando servicios públicos: la educación y la sanidad se están resintiendo. Veinte millones de mexicanos se han quedado sin servicios de salud.

«El gran fracaso es la seguridad. No se ha avanzado nada. El crimen organizado se ha incrementado. Hay sectores del país donde el gobierno no tiene control. La apuesta fue la Guardia Nacional militarizada. Dijo que iba a haber un cambio en política de seguridad pero al final ha creado un cuerpo militarizado para la lucha contra el narco», señala la investigadora del CIDOB. En el sexenio han muerto cerca de 200.000 personas de forma más violenta, más que en ningún otro mandato. Hay jornadas en las que los homicidios superan el centenar. Hay unos 100.000 desaparecidos.

El símbolo de la impunidad y connivencia de fuerzas de seguridad y y cárteles de la droga es el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, aún por resolver una década después de los hechos.

El choque de trenes con la judicatura durante su mandato ha sido constante. Han sido los jueces los que han puesto freno a su actuación en algunas ocasiones. De este modo ha hecho una reforma al final del sexenio, cuando cuenta con una amplia mayoría en las Cámaras, que dinamita la división de poderes. Introduce mecanismos de elección popular. Sin embargo, los fiscales siguen sin tener recursos para investigar los casos pendientes.

Menos carismática y menos populista

«Los críticos de AMLO destacan que ha ejercido el poder de forma personalista, que es un populista. Utiliza el enfrentamiento y el discurso polarizador para establecer el estado del debate. Marca la agenda y no acepta críticas», añade Ayuso.

En las formas puede haber algún cambio. Sheinbaum no tiene el carisma de AMLO. Su perfil es más técnico. Ya se destaca que sus ruedas de prensa serán más breves. Será difícil que tenga sus Mañaneras, pero su programa de gobierno es continuista. Los fieles a AMLO no le perdonarían que se apartara del rumbo marcado. Tampoco AMLO, que seguirá vigilante su proceso.

«AMLO hizo una reforma para hacer un referendum de revocación de mandato con firmas se puede promover una consulta de este tipo. En un momento dado si se sale del proyecto, AMLO puede activarlo. Y si AMLO quiere hacer campaña contra Sheinbaum, ella lo tendría muy complicado», indica la mexicana Lorena Ruano, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid y en el IE. «Está muy acotada y por eso fue ella la elegida. No tiene una base propia de movilización popular».

Según Ruano, AMLO ha colocado una serie de barreras para que Sheinbaum no pueda, aunque quiera, salirse del programa marcado. «Le deja el país hecho un desastre con la reforma judicial y la militarización. Le ha nombrado a más de la mitad del gabinete, desde la secretaria de Hacienda, Gobernación (Interior), Educación Pública. Y le deja a su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, a cargo de la secretaría de organización del partido». 

Para Lorena Ruano, en gran parte, la popularidad de AMLO se debe a las ayudas sociales y a sus dotes como comunicador. «Ha armado una campaña importante. A eso se suma que ha logrado que retiren de la televisión, la radio o medios impresos y digitales a los más críticos. Los medios se autocensuran porque dependen de la publicidad institucional», señala la académica mexicana, que dejó el país al verse acosada por las autoridades. La estrategia, que también ha aplicado con periodistas, es desvelar sus finanzas. Si no hay nada oscuro, procede contra el medio.

También han sufrido persecución ONG como Mexicanos contra la corrupción. «Los movimientos sociales han sido desarticulados. Ha sido muy efectivo a la hora de ganarse a la gente con ayudas sociales y desarticular focos de crítica y oposición, desde partidos, ONG y movimientos sociales. Eso le ha allanado el camino», añade Ruano. 

Además, como apunta la académica mexicana, AMLO sabe que el votante mexicano tiene otras prioridades. En el último Latinobarómetro se observa que más del 40% de los mexicanos prefieren un gobierno no democrático si resuelve los problemas del país.

La mirada al exterior

Sheinbaum es también la primera mujer jefa del Estado en un país de América del Norte. En EEUU aspira a romper ese techo de cristal la candidata del Partido Demócrata, la actual vicepresidenta Kamala Harris, que se disputa la Casa Blanca con el ex presidente Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre. México observa con atención este proceso en el vecino del norte.

Si bien AMLO, acabó llevándose bien con Donald Trump en el primer mandato es cierto que lo hizo porque se atuvo a los deseos del magnate republicano. Pero si Trump vuelve a la Casa Blanca, es previsible que sea mucho más duro en política migratoria y arancelarias. En este sentido, es cierto que a las grandes corporaciones les interesa mantener buena relación con México, proveedor de mano de obra barata, pero Trump es imprevisible.

«Harris también va a ser dura, si es ella la presidenta. EEUU está molesto con la reforma judicial porque crea inseguridad jurídica, por las violaciones al acuerdo comercial, discrepancias sobre energía… Hay varias carpetas que no tienen contentos a EEUU y Canadá», señala Ruano.

Y con España las relaciones seguirán en pausa, como ha quedado claro con el desplante al Rey, que el gobierno, aunque con discrepancias internas, ha secundado. Sheinbaum habló al menos con el presidente del gobierno, pero es posible que AMLO no haya dejado que se eche atrás sobre la cuestión del perdón. Según Lorena Ruano, «ese trato a la Corona pone a España en una situación difícil. Sigue habiendo relaciones económicas, culturales… hay mucho que no pasa por la relación diplomática. Esa tensión diplomacia genera fricción en el resto. Pero hay interés de muchos actores de que haya una relación más tranquila».

Sheinbaum podría desmarcarse con una política exterior más activa y dando a México el protagonismo que merece en el mundo, pero poco podrá hacer si prefiere codearse con el castrismo antes que con el Rey de España.

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