Una serie de cambios en la red fluvial del Himalaya, algo que a priori parecería una mera modificación paisajística, está provocando un «crecimiento acelerado» del monte Everest, el más alto del mundo. Según afirma un estudio publicado este mismo lunes en la revista ‘Nature Geoscience’, este fenómeno ha provocado un crecimiento de entre 15 y 50 metros de la cima de esta montaña en los últimos 89.000 años y actualmente, lejos de detenerse, parece que sigue causando provocando una elevación de unos 2 milímetros al año. Algo que, al menos en términos geológicos, supone un cambio ‘acelerado’. «El aumento en la altura del Monte Everest realmente resalta la naturaleza dinámica de la superficie de la Tierra«, afirma Xu Han, investigadora de la Universidad de Geociencias de China y primera autora de este trabajo.
«El aumento en la altura del Monte Everest realmente resalta la naturaleza dinámica de la superficie de la Tierra»
Con sus 8.849 metros de altura, el Everest, también conocido como Chomolungma en tibetano o Sagarmāthā en nepalí, es la montaña más alta de la Tierra. Y aunque a simple vista no lo parezca, los geólogos afirman que está viviendo una etapa de «crecimiento acelerado» en la que su cima se está elevando varios milímetros cada año. ¿Pero a qué se debe este fenómeno? Según argumentan los autores del estudio publicado este lunes en ‘Nature Geoscience’, este último ‘estirón’ de la montaña más alta del mundo podría explicarse por una fusión de ríos en la región que está elevando poco a poco la corteza terrestre y provocando un crecimiento de varias montañas situadas en el Himalaya.
Erosión acelerada
Los geólogos afirman que el Everest está creciendo gracias a la fusión del río Arun con el sistema fluvial del Kosi, ambos situados a unos 75 kilómetros de la montaña. Este fenómeno, que lleva más de 90.000 años en marcha, no solo ha reconfigurado el paisaje de la región sino que, además, está provocando una rápida elevación de la corteza terrestre y está acelerando el crecimiento de varias montañas del Himalaya. «Este fenómeno se conoce como ‘rebote isostático’ y ocurre cuando la erosión acelerada de una zona provoca una pérdida de masa de la corteza terrestre y esto, a su vez, favorece una especie de ‘empuje’ hacia arriba del manto subyacente», afirman los científicos que han liderado este trabajo.
Este fenómeno estaría afectando a varios picos vecinos como el Lhotse y el Makaly, el cuarto y el quinto más altos del mundo
Según explican los científicos que han liderado este trabajo, este fenómeno no se limita al monte Everest sino que afecta a varios picos vecinos como, por ejemplo, el Lhotse y el Makalu, el cuarto y quinto picos más altos del mundo. «Hemos observado que varios picos de la región están creciendo a un ritmo acelerado porque el rebote isostático los eleva más rápido de lo que la erosión los desgasta», afirma el investigador Matthew Fox, uno de los especialistas que ha liderado este trabajo. «Se trata de un un proceso gradual, que avanza a un ritmo de tan solo unos pocos milímetros al año, pero a lo largo de períodos geológicos puede marcar una diferencia significativa en la superficie de la Tierra», añade.