La alcachofa, la col o el brócoli han encontrado en l’Alacantí su tabla de salvación gracias al agua depurada. Los sucesivos recortes en el trasvase del Tajo y la sequía han hecho que en los últimos años se haya producido un traslado de cultivos de la Vega Baja y Murcia al área metropolitana de Alicante. La razón es el agua regenerada de las estaciones de depuración de la capital y su comarca, ya que garantizan un suministro estable todo el año. Así, no tienen que estar rezando a la Virgen para que llueva o se autorice un trasvase para que sus cultivos vayan adelante.
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha recomendado hace unos días a los agricultores de la Vega Baja que renuncien a plantar sus cosechas para este invierno por la alarmante falta de precipitaciones en la provincia, donde ha llovido un 56% menos de media que lo habitual, siendo este déficit en la Vega Baja del 65%. Algo que solo reafirma el camino que abrieron hace ya más de un lustro algunas firmas para buscar otras tierras con agua garantizada, aunque el caudal sea de menos calidad.
Y es que el agua depurada, debido a su alta conductividad -salinidad- no es admisible para cultivos como el tomate o cítricos, pero que es una bendición para otros como la alcachofa, el brócoli o el cebollino, que la toleran bien.
Así, en apenas siete años en la comarca de l’Alacantí, en especial entre Mutxamel, San Vicente del Raspeig, Alicante y El Campello, se han recuperado 500 hectáreas de regadío. Sobre todo gracias a varias empresas que han trasladado parte de sus cosechas de invierno de hortalizas a esta comarca, en busca del agua depurada.
En otras zonas como Agost, desde hace varios años no paran de recibir llamadas de empresas interesadas en alquilar terrenos para cultivar allí, ya que también tienen agua depurada de sobra. Pero se topan con que no hay tierra de regadío disponible y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no permite su conversión de secano a regadío. Tienen agua pero no tierras. El mundo al revés.
El presidente de la Comunidad de Regantes Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante, Francisco Vidal, ha puesto cifras al fenómeno que se registra en l’Alacantí. Desde 2017 su comunidad ha recuperado 500 hectáreas de regadío que estaban abandonadas, pasando de unas 1.100 a las 1.600 actuales. Varias empresas de la Vega Baja y Murcia han trasladado parte de sus cultivos de invierno, buscando el agua desalada que les sirven las plantas de Orgegia en Alicante y l’Alacantí Nord en Sant Joan, estaciones que dan servicio a una población de más de 265.000 personas de Alicante, Sant Joan, Mutxamel y El Campello.
Y es que el agua regenerada se ha convertido en la esperanza para la supervivencia de la agricultura. Así, Vidal destaca que “somos la comunidad que más agua regenerada consume de la Comunidad Valenciana. Esto propicia que no tengamos problemas para cultivos que toleran la alta conductividad, como hortalizas como el brócoli, la col o la alcachofa. En los últimos cinco años han venido a la l’Alacantí empresas buscando soluciones a su falta de agua, con un resultado aceptable».
El problema de la salinidad
Así, “tenemos agua más que suficiente, pero solo para determinados cultivos. Otros como los cítricos y hortalizas como el tomate, el pimiento o el pepino no toleran una conductividad por encima de 1.600 microsiemens, por lo que si no se mezcla con agua de mayor calidad para reducir la salinidad, no se puede usar para estos cultivos. Y entonces, no podemos crear riqueza agronómica y nos tenemos que limitar sobre todo a los que se puede regar con el agua regenerada”, ha lamentado Vidal.
Una de las firmas que han traído parte de su producción a la comarca es Olé, principal exportadora española de alcachofas y que tiene cultivos en Mutxamel, la Vega Baja, Albacete y Granada.
Desde esta Sociedad Agraria de Transformación recuerda que “el problema del agua está desde Benidorm hasta Cádiz, y esta zona -Mutxamel- está bien y tenemos agua, aunque tampoco sobra. El agricultor al final es el que se arriesga plantando sin saber si va a llover, y aquí sabemos que tenemos en agua asegurada”, aunque ha lamentado que no se pueda ampliar la producción, que actualmente Olé dedica en Mutxamel a la alcachofa y el brócoli -2.000 toneladas el pasado año en total-, a otros cultivos sensibles al alta conductividad.
Proyecto Vertido 0
Y es que la solución para ello sería que se hiciera efectivo el proyecto Vertido 0 impulsado por la Generalitat, bajo mandato del Botànic, junto con la Ministerio para la Transición Ecológica, que comporta que se aproveche toda el agua depurada que generan las estaciones de Orgegia y Rincón de León para que no acabe nada en el mar, y además se aplique un tratamiento de desalación y microfiltración para que se pueda emplear a cualquier cultivo. Serían 20 hectómetros cúbicos de mayor calidad que serían una bendición para los agricultores.
El presidente de los regantes señala que “los fondos están para este proyecto, solo tienen que ponerse de acuerdo las administraciones”. Y es que l’Alacantí se ha quedado sin otro recurso hídrico. “Nuestra comarca tiene un déficit hídrico estructural y ninguna administración nos ha dado solución”.
Con los recortes del trasvase del Tajo, la dotación que les llega es mínima, y el proyecto del trasvase del Júcar, que contemplaba que esa agua llegara hasta l’Alacantí, “ha llegado al Vinalopó pero no va a pasar de Agost”, ya que el proyecto hasta l’Alacantí ha quedado en el olvido. Además, el agua del Pantano de Tibi, cuya capacidad está reducida a la mitad por su aterramiento, también presenta una alta conductividad, al proceder en su mayor parte su caudal de las depuradoras de la Foia de Castalla. Por ello, la gran esperanza para poder cultivar otras variedades en la comarca que fue hasta hace unas décadas referente del tomate -y cuyo retroceso se debe a la falta de agua de calidad-, pasa por que se haga realidad el proyecto del Vertido 0.
Con agua de sobra, pero sin tierras
Por su parte el presidente de la Comunidad de Riegos Virgen de la Paz de Agost, Enrique Ivorra, constata el gran interés de las empresas en trasladarse a zona donde está garantizada el agua depurada, que procede de las estaciones de aguas residuales de Ibi y Castalla. “En los últimos tres años hemos recibido muchas llamadas de empresas interesadas en alquilar terrenos para cultivar hortalizas… pero nuestro problema es que no hay tierras de regadío”.
Y es que lamenta que la CHJ no les permite ampliar los cultivos de regadío, ni cambiar secano por regadío. “Al final van a acabar con la agricultura en Agost, entre la CHJ y las plantas solares que se tramitan” en el término municipal, que son muchas. Ivorra denuncia que la Confederación ni siquiera permite permutar los cultivos de regadío que van a desaparecer por la instalación de placas solares a otras zonas, por lo que “tenemos agua pero no tierras».
Una pequeña desalobradora en el río Montnegre
Mientras aguardan en l’Alacantí a que el proyecto de Vertido 0 sea una realidad, la Comunidad de Regantes Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante cuenta desde hace un año con una pequeña desalobradora en el río Montnegre-Seco, por la que los agricultores pueden llegar a obtener 500.000 metros cúbicos de agua de mayor calidad al año, al reducir la salinidad del caudal que procede del Pantano de Tibi.
La CHJ dio autorización a los regantes para tratar esa cantidad de agua y verter la salmuera al río, ya en Sant Joan, donde se mezcla con el caudal ecológico de la depuradora de l’Alacantí Nord.
El presidente de los regantes ha señalado que con este proyecto “ya tenemos un recurso más, que funciona a demanda, pero es una cantidad de agua limitada, y que también es cara por el consumo de electricidad para el proceso de osmosis“.
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