El dramático naufragio que se produjo el sábado a poco más de seis kilómetros de El Hierro sentó como un jarro de agua fría a los equipos de rescate y emergencias que atienden a diario a los migrantes que llegan a Canarias y que están al límite de sus fuerzas. Este accidente se ha convertido en la peor tragedia migratoria registrada en aguas isleñas, con nueve fallecidos y otras 54 personas desaparecidas en una fosa de más de mil metros de profundidad. La consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado, visitó el domingo El Hierro e insistió en la necesidad de que el Gobierno de España y la Unión Europea «activen todos los protocolos» para poder trasladar a los menores desde Canarias a otras comunidades españolas, «incluso», al resto del territorio europeo para así poder «hacer frente de verdad a esta crisis humanitaria que está viviendo Canarias y que desgraciadamente está en su punto más álgido».

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