En el Día Mundial del Corazón, que se celebra este domingo, 29 de septiembre, ponemos el foco en el cierre percutáneo de la orejuela, una alternativa de tratamiento en pacientes con fibrilación auricular.
Se trata de una alteración del ritmo cardiaco (arritmia) que padece, según la Sociedad Española de Cardiología, más de un millón de españoles, de los que unos 90.000 están aun sin diagnosticar.
Hablamos de una enfermedad que causa latidos cardíacos muy rápidos y que puede producir coágulos de sangre que pueden viajar desde el corazón hasta el cerebro y causar un ictus.
Gracias a los avances en medicina, la mayoría de los pacientes con esta patología hacen una vida normal con un tratamiento que se basa en una buena alimentación, ejercicio físico, evitar hábitos tóxicos y tomar diariamente un anticoagulante para evitar la aparición de trombos y embolias.
Sin embargo, la toma de este tipo de medicamentos (el más conocido es Sintrom) aumenta el riesgo de sangrado, además de otros efectos secundarios como caída del cabello, falta de apetito o náuseas y vómitos.
Pero, “no hay que olvidar que la coagulación es un mecanismo de defensa que tenemos las personas para evitar que nos desangremos ante una rotura vascular”.
Por ello, desde el año 2002 está disponible el cierre percutáneo de la orejuela para aquellos pacientes que no pueden tomar anticoagulantes.
Y es que, se estima que el “2-3% de las personas que toman medicamentos anticoagulantes tiene complicaciones hemorrágicas”, por lo que el cierre percutáneo de la orejuela está avalado por la Sociedad Científica Europea de Cardiología “como una operación segura y efectiva”.
Esta intervención quirúrgica, que es un claro ejemplo de la medicina personalizada, es «muy novedosa, aunque poco conocida», en palabras del doctor Rafael José Ruiz Salmerón, cardiólogo en la Clínica Universidad de Navarra, también está indicada para las personas que no quieran depender de por vida de este tratamiento farmacológico, que requiere un control constante.
Solo en el último año se han realizado 1.544 procedimientos. Es un claro ejemplo de cómo la medicina personalizada
Cierre de la orejuela: ¿en qué consiste la operación?
El cierre percutáneo de la orejuela es realizado por un cardiólogo intervencionista y con el paciente sedado o con anestesia general.
Lo primero que hay que decir es que la orejuela del corazón es una cavidad que se sitúa en la parte superior de la aurícula izquierda de este órgano, cuya función es actuar de “reservorio” para que la sangre fluya hacia las aurículas.
No es una operación “dolorosa” y coniste en que a través de un catéterse introduce un dispositivo de cierre (como el Watchman) en la orejuela izquierda.
Este dispositivo se despliega dentro de la orejuela, cerrándola y evitando el paso de coágulos hacia el torrente sanguíneo.
Una vez se ha colocado, se retira el catéter y se cierra la punción en la ingle. Generalmente, no presenta ninguna complicación. El paciente “pasa unas horas en una sala de despertar mientras se libera de los efectos de la anestesia y al día siguiente, tras un electrocardiograma de control, se va a casa”.
Desde este moment puede dejar de tomar cualquier medicamento anticoagulante y solo debe seguir un tratamiento a base de Aspirina durante seis meses.
Fibrilación auricular: síntomas
Lo más habitual es que se descubra en una revisión médica rutinaria. El primer síntoma más común tiene que ver con la frecuencia cardíaca.
Mientras en condiciones normales está entre 60 y 100 latidos por minuto, en una fibrilación auricular oscila entre 100 y 175 latidos por minuto.
Aunque no es el único síntoma:
- Palpitaciones, que son sensaciones de un latido del corazón acelerado, incómodo e irregular o un aleteo en el pecho
- Debilidad
- Menor capacidad para hacer ejercicio
- Fatiga
- Aturdimiento
- Mareos
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho
¿Por qué aparece la arritmia?
La edad es el factor de riesgo más importante. De hecho, la fibrilación auricular afecta al 10% de los mayores de 75 años.
No obstante, generalmente se debe a anomalías o daños en la estructura del propio corazón, o a los siguientes problemas de salud:
- Presión arterial alta.
- Ataque cardíaco.
- Enfermedad de las arterias coronarias.
- Válvulas cardíacas anormales.
- Defectos cardíacos de nacimiento (congénitos).
- Glándula tiroides hiperactiva u otros desequilibrios metabólicos.
- Exposición a estimulantes, como medicamentos, cafeína, tabaco o alcohol.
- Enfermedades pulmonares.
- Estrés producido por cirugía, neumonía u otras enfermedades.
- Apnea del sueño.
- Cirugía cardiovascular previa.