“¿Puedo decir que ahora soy campeón de Europa porque lo han confirmado oficialmente?” Así reaccionó Toni Kroos, mítico centrocampista de la selección alemana, el Real Madrid y el Bayern de Múnich, a la noticia de que la UEFA ha decidido reinterpretar cuándo se pita penalti por manos en el área después de la polémica en la Eurocopa. Recordemos: en el minuto 106 del partido de cuartos de final entre España y Alemania, con 1-1 en el marcador, Jamal Musiala disparó a puerta y el balón golpeó en la mano de Marc Cucurella. Ni el árbitro, Anthony Taylor, ni el VAR consideraron que la acción fue penalti, dado que “la mano del jugador está hacia abajo, cerca del tronco, colocada de una manera natural, sin que la maniobra haga más grande al jugador y tras un tiro muy cercano, donde no hay tiempo para retirarla”, según la norma que explicó Roberto Rosetti, director de arbitraje de la UEFA, antes de empezar la competición. Trece minutos después, en el 119, Mikel Merino marcó el 2-1 de un imponente cabezazo, y el resto es historia, resumida en un titular: Cucurella es campeón de Europa de selecciones, y Kroos, no.
Pero ahora la UEFA ha cambiado de criterio. En el análisis posterior del torneo, la UEFA ha dictaminado que esa jugada estuvo mal arbitrada y que debería haberse pitado penalti a favor de Alemania. La nueva interpretación de la norma ya no tendrá en cuenta si el jugador ocupa un espacio natural, sino si el balón va a puerta: «El contacto de la mano con el balón que detiene un tiro a puerta debería castigarse de forma más estricta, y en la mayoría de los casos debería concederse un tiro de penalti, a menos que el brazo del defensor esté muy cerca del cuerpo o sobre el cuerpo». De ahí las declaraciones de Kroos: «Han tardado tres meses en darse cuenta de que había una mano, algo que casi todo el mundo ha podido ver en un segundo. Eso me tranquiliza mucho. ¿Puedo decir que ahora soy campeón de Europa porque lo han confirmado oficialmente? No lo creo«.
Otros ‘no campeones’
Cierto, no puede. Como no puede decir que es campeón de la Champions Griezmann, aunque el gol del empate de Sergio Ramos en la final de 2016 fuera en fuera de juego; o Arturo Vidal, que en los cuartos de final de la temporada 2016/17 vio cómo eliminaban al Bayern de Múnich con dos goles en fuera de juego de Ronaldo; o Buffon por el penalti pitado en el minuto 93, con 0-3 en el marcador en el Bernabéu, que llevaba a la prórroga; o Matthijs de Ligt, que esta última temporada vio cómo le anulaban un gol en el Bernabéu que hubiera enviado las semifinales entre el Madrid y el Bayern a la prórroga… Y tampoco puede decir que es campeón de la Nations League Eric García, que por intentar cortar una jugada de ataque habilitó a Mbappé, quien estaba en fuera de juego. La norma cambió, pero el título permanece en Francia.
No hay que ser duros con Kroos, acostumbrado en su etapa en el Madrid a que la moneda siempre le cayera cara; las manos de Cucurella debieron de ser una cruz difícil de digerir. La hinchada alemana no vio en aquel partido un ejercicio de resiliencia, competitividad ni hambre de victoria, sino una incomprensible decisión del árbitro y del VAR, porque las manos fueron muy claras en directo y más aún por televisión. Al igual que a la afición alemana, como al propio Kroos, la irrupción del VAR en el fútbol ha acabado con la presunción de inocencia de los árbitros ante el público, la crítica y, parece, los jugadores. Esas manos, o un rodillazo en la entrepierna, o un plantillazo en el pecho del portero a un delantero dentro del área pequeña, es muy difícil de entender que no se piten cuando se ven repetidas una y otra vez a cámara lenta en pantallas de cualquier tamaño.
Los cimientos del juego
Solo el fútbol es capaz de conseguir que algo objetivo como una imagen sea motivo de tanta discusión y erosione los cimientos del juego. A ello contribuyen de forma decisiva los cambios constantes de reglas y de interpretación de las mismas. Oído cocina: ahora las manos de Cucurella son penalti… hasta próximo aviso. A los árbitros, tanto dirigente intervencionista les hace imposible el trabajo; a los aficionados, nos confunden hasta el punto de que no sabemos si es penalti, fuera de juego o si debemos celebrar un gol.
No todo son desventajas: a algunos jugadores, tanto desbarajuste les permite al menos fantasear con que son campeones de Europa.