El fútbol lo inventaron los ingleses, pero en su expansión no se involucraron especialmente cruzando sus fronteras para jugar en otros países. La Liga ha tenido jugadores ingleses ilustres, pero llegados con cuentagotas y a menudo en casos singulares que se explicaban por situaciones especiales. En la historia del Atlético de Madrid, por ejemplo, ha habido más técnicos ingleses en el banquillo que jugadores en el césped. El primer jugador que la vistió fue un misterioso delantero de apellido Drinkwater en la temporada 1923-1924, en la que disputó tres partidos y marcó ¡diez goles! Había llegado por recomendación de otro inglés, Vince Hayes, técnico que dirigió al equipo aquella temporada. Luego Fred Pentland se sentó en el banquillo rojiblanco en la 28-29, Walter Harris tres jornadas en la 32-33, Pentland de nuevo desde 1933 a 1935 y mucho más tarde Ron Atkinson y Colin Addison en la 88-89. Últimamente Trippier y ahora Gallagher han reconectado al Atlético con Inglaterra.
La camiseta del Real Madrid tampoco la han vestido muchos futbolistas ingleses, especialmente antes del siglo XXI. Desde el 2000 han aparecido algunos más, pero tampoco de forma fluida: McManaman, Owen, Woodgate, Beckham y ahora Bellingham. Antes Laurie Cunningham fue el más recordado. Este domingo habrá dos ingleses en el césped, uno por equipo.
Corría septiembre de 2019. Jude Bellingham debutaba como titular con el Birmingham a sus 16 años y 77 días. 14 días antes había marcado el gol del triunfo frente al Stoke, pero aquel día en The Valley su nombre se coreó entre los once elegidos para arrancar el partido. Se medían a un Charlton que era segundo en la Championship, invicto en los seis primeros partidos. El Birmingham ganó por la mínima y Jude marcó el gol, celebrando con los brazos abiertos ante las gradas su tanto. Enfrente, en el centro del campo del Charlton, aparecía un joven de 19 años cedido por el Chelsea que se trataba de hacer con un hueco en el equipo en sus primeras apariciones. Fue la primera vez que Jude Bellingham y Conor Gallagher, compañeros de selección de Inglaterra sub-21 en 2020 y compañeros de selección absoluta desde 2021, se medían. Este domingo aquellos dos jóvenes, y hoy buenos amigos, se miden en el Metropolitano lo que ser´un hito porque será el primer derbi madrileño, entre Atlético y Real Madrid, con un duelo de ingleses en el campo.
Para conocer las razones de esta falta de conexión entre los futbolistas ingleses y los equipos españoles hablamos con Sid Lowe, corresponsal en España del diario inglés ‘The Guardian’.
Explicación económica
Sid sostiene que «hay una justificación histórica evidente. Las fronteras se abren en el fútbol español con la llegada de Di Stéfano, luego con el problema de los oriundos se vuelven a cerrar hasta que llega Cruyff. Y entonces solo se podían fichar a dos jugadores. Todo ello limitaba la aparición de jugadores extranjeros y en los años 80 comienzan a llegar futbolistas ingleses, pero en casos contados y condiciones especiales como Sammy Lee, Michael Robinson o Gary Lineker. Después aparecen McManaman, Woodgate o Michael Owen. Pero es por goteo».
Más allá de los gustos deportivos o la idiosincrasia futbolística de los jugadores ingleses, para Lowe la explicación es económica: «El jugador inglés no salía de allí porque no ha tenido que salir. Y los pocos que comenzaron a hacerlo, a mitad de los 80 y en el inicio de los 90, se fueron a Italia y algunos a Francia. Puede haber un matiz cultural, porque el jugador inglés es poco dado a salir de su entorno, pero creo que la clave es la razón económica. No hay un gran misterio, es algo lógico y sistémico». Repasando la nómina de jugadores ingleses que han pisado el fútbol español encontramos casos como los de Ted McMinn, aunque era escocés, con el Sevilla, Peter Barnes con el Betis, Michael Robinson con Osasuna, Vinny Samways en Las Palmas… Casos singulares en los que había más de casuística existencial que de oportunidad económica.
«Si acudimos a una explicación cultural, encontramos una calle de doble sentido. El jugador inglés no se plantea salir, pero no sé si los clubes españoles también tienen problemas para adaptarse a los futbolistas ingleses. Se escucha mucho que los ingleses siempre fracasan aquí y es una milonga. Hay muchos casos de jugadores que lo han hecho muy bien como Trippier, Bellingham, Lineker, Bale, aunque sea galés… Tampoco fracasaron ‘Macca’ ni Owen. Hay una realidad que es que no se atreven a dar el salto y eso alimenta que el club no se arriesgue a traerlos. Pero John Aldridge, la rompe en la Real, siendo el primer extranjero en 40 años», argumenta el redactor de ‘The Guardian’.
La etiqueta de los futbolistas ingleses y Gallagher
Sid incide en ese problema de las falsas verdades que rodean a las experiencias de los jugadores ingleses que han jugado en nuestro país: «Creo que hay algo interesante que a veces explica lo que las personas terminan siendo. Hay una teoría de la sociología, la teoría de la etiqueta, que explica que condicionas tu comportamiento de forma subconsciente a esa etiqueta que te ponen o que no te puedes quitar. Un ejemplo claro fue Vinny Samways en Las Palmas. Jugaba de pivote y era muy londinense en su comportamiento. En el primero o segundo partido recibió una roja y se le colgó la etiqueta de centrocampista matón, duro, de los que rasca. Y eso jugó a su favor, le tenían por aguerrido, pero en el Tottenham era lo que allí llamamos un futbolista continental, un pivote de pase. Su mote era ‘Vinnie Horizontal’, pero aquí lo que termina distinguiéndole son sus rasgos ingleses. Creo que está pasando algo parecido con Gallagher. Es un tío de mucha energía y agresividad, pero creo que se va a acabar exagerando esto por ser inglés y por ser jugador del Cholo. Es un jugador de perfil ‘simeonesco’, pero sus goles delatan su enorme precisión. Estrechamos esa perspectiva, en función de la etiqueta que le ponemos».
Toda esa perspectiva parece haber quedado atrás con la nueva generación de futbolistas ingleses que han comenzado a emigrar a edades muy tempranas en busca de experiencias más vitales que futbolísticas. Jude Bellingham y Jadon Sancho son quizás el mejor ejemplo, con su marcha al Borussia Dortmund cuando aún ni siquiera habían cumplido los 20 años. Lowe apunta que este fenómeno «habla más de la mentalidad de los padres de los jugadores. Ahora puedes irte fuera cuando no eres un jugador contrastado para desarrollar tus capacidades. No hace falta que vayas a un equipo de élite, ni te vas al primer equipo. Paso algo parecido con Dani Olmo, que no se fue a Croacia solo porque quisiera jugar allí siendo un adolescente. Detrás emerge la idea de la construcción de la persona y el futbolista, es una idea del padre».
Hay también una explicación sociológica que explica esas salidas tan temprano de casa y del país de origen. Los jugadores viven en entornos similares de confort independientemente del club o la Liga a la que se marchen. Sid redunda en esa idea: «Coincido plenamente en esa explicación. El futbolista ahora vive en una burbuja. Todos los clubes grandes son parecidos con entornos internacionales en el vestuario, compañeros que no son jugadores locales y hablando inglés para comunicarse entre ellos. El entorno se replica en clubes diferentes desde el United al Madrid o al PSG. La experiencia de McManaman en el Madrid no tiene nada que ver con lo que vive Bellingham ahora. Lo de Jude no es una aventura, que es lo que era antes. Un aficionado inglés no te decía dos jugadores del Madrid entonces y ahora te dice el once entero«.
Bellingham ha empatizado, como deja ver en sus redes sociales, con Vinicius, por más que el brasileño no hable mucho inglés, y con Eduardo Camavinga, que habla de forma fluida francés, inglés y español. Lowe añade un apunte al caso del madridista: «Jude está acompañado de su madre, lo que quizás no le permita soltarse del todo. Pero los atletas actuales no se sueltan tanto como antes, se cuidan más».
Esa experiencia inmersiva, que les aísla en burbujas replicables independientemente de la ciudad en la que vivan, hace que «ahora los jugadores puedan venir de Inglaterra a España con más facilidad». Y no es descartable que esa vía abierta con Bellingham y Gallagher se ensanche y aparezcan más jugadores ingleses en la Liga. Para todo ellos, este Atlético-Real Madrid supondrá un hito porque será la primera vez que dos ingleses se enfrenten en el campo en el derbi madrileño por antonomasia. Lo que, como apunta Sid, «le da un punto de morbo para el aficionado inglés, que se pondrá al otro lado de la televisión para verlo con más curiosidad y atención de la que prestaba habitualmente».