Un paso más. La Generalitat Valenciana ha adjudicado a la empresa pública Tragsa el servicio de apoyo técnico a los trabajos de estudios previos, diseño y elaboración de propuestas para la redacción del proyecto y tramitación ambiental del desdoblamiento del tramo I y tramo II del postrasvase Júcar-Vinalopó. Se trata de la principal infraestructura de riego del postrasvase del Júcar-Vinalopó que cubre el recorrido de 21,5 kilómetos de norte a sur entre los embalses de La Cuesta en Villena -con capacidad para asumir 600.000 metros cúbicos-, y del Toscar en Monóvar, que puede albergar un volumen de hasta un hectómetro cúbico.
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El contrato de redacción está valorado en 211.000 euros y su plazo de ejecución es de nueve meses. La inversión en la posterior ejecución de las obras, tras la elaboración y aprobación del proyecto que debe asumir la Generalitat Valenciana, supera los 40 millones de euros. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, hizo una alusión genérica al impulso de esta iniciativa a principios de este mes de septiembre, en el acto del corte de uva embolsada del Vinalopó, pero la resolución ha sido ahora rubricada y validada por el subsecretario de Agricultura, José María Benlliure.
Se trata de un proyecto considerado esencial en el despliegue del postrasvase del Júcar-Vinalopó. Las características y material escogido para llevar a cabo la actual tubería provoca muchas incidencias y averías, y el incremento paulatino de los caudales a trasvasar, que podría superar los 40 hectómetros a medio plazo, requiere duplicar la capacidad actual de la misma.
Margen Izquierda
La Generalitat está ejecutando en estos momentos las obras del postrasvase del Júcar en la Margen Izquierda para dotar de agua de riego a las zonas de Agost, Petrer, Novelda, Monóvar, Elche, Monforte y Aspe, con sus correspondientes ramales a pie de las principales comunidades de regantes, valoradas en 33 millones de euros. Este trazado completa unos 19 kilómetros entre el embalse del Toscar y Monforte del Cid.
La Generalitat licitó y adjudicó los proyectos en apenas ocho meses, entre finales de 2023 y mediados de este año, y espera que puedan estar operativos en 2026.
Llegada de agua
Las obras que completan la red del postrasvase se han acelerado en paralelo a la garantía de suministro que compromete la empresa estatal Acuamed y la Confederación Hidrográfica del Júcar a través del convenio firmado con los regantes a finales de 2023. Esto ha permitido que los regantes de los valles del Vinalopó y l’Alacantí hayan podido contar con una captación de hasta cien mil metros cúbicos del Azud de la Marquesa en el tramo final del río Júcar en Cullera. Válido por un período de diez años el convenio estipula un precio por metro cúbico de 0,24 euros, mientras con anterioridad el consumo de agua del Júcar por parte de los regantes había sido marginal debido a que el precio era inasumible.
Quedan, sin embargo, asignaturas pendientes. Como las tuberías del postrasvase con impulsión para llevar el agua Pinoso también en la Margen Izquierda, o la todavía más urgente reparación del embalse de San Diego, que apenas se puede emplear en una mínima parte de su capacidad total de 20 hectómetros por la presencia de filtraciones. Una obra esta última que debería asumirla el Gobierno de España y que supone el punto final del trazado del trasvase desde Valencia a Alicante y de entrega de agua. Desde este reservorio se distribuyen después los caudales al postrasvase en los embalses de La Cuesta y El Toscar.
San Diego y fotovoltaica
Situada a caballo entre los municipios de Fontanarse de Alforins (València) y Villena, la balsa de San Diego recibe las aguas del Júcar impulsadas desde el azud de La Marquesa en Cullera para, desde ahí, redistribuirlas por gravedad a todo el valle del Vinalopó. Fue diseñado con una capacidad de 20 hectómetros sobre una superficie inundable de 80 hectáreas y la inversión supuso 40 millones de euros. Sin embargo, cuando comenzó a utilizarse en 2012 se detectó un grave problema de filtraciones sobre el terreno.
En este sentido, el presidente de la Junta de Usuarios del Vinalopó, Ángel Urbina se ha mostrado algo más optimista sobre la voluntad de la Administración central a la hora de abordar estas obras. Hasta la fecha las respuestas oficiales del Gobierno han sido muy poco concretas o, incluso, negando la necesidad de que el embalse deba funcionar con su capacidad total.
Otro de los pilares básicos para que este trasvase sea sólido en el tiempo es la inversión que debe realizar el Gobierno en la generación de energía solar para equilibrar el coste del transporte y entrega de agua en San Diego con el real que pagan los agricultores. Sin embargo, de momento no se han adjudicado instalaciones fotovoltaicas para cubrir este objetivo.
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