Pregunta: Tras haber sido eurodiputado en la pasada legislatura, ¿qué función está ejerciendo ahora?
Respuesta: Me he incorporado al gabinete del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, en calidad de coordinador político. Mi función en el equipo es la de aconsejar sobre cualquier tema de relevancia política. Es una función horizontal, no estoy adscrito a un área geográfica determinada. Tengo cierta especialización en el apartado institucional y en el proceso de toma de decisiones. Esta etapa tendrá continuidad hasta final de año y, después, ya veremos qué depara el futuro.
P: ¿Cuál es su valoración de la Eurocámara que surgió tras las elecciones del pasado 9 de junio?
R: Las elecciones europeas fueron menos bien de lo esperado para la ultraderecha. Creció, al igual que la derecha, pero no ganó las elecciones. El grupo más votado fue el Partido Popular Europeo y el siguiente el Partido Socialista Europeo. Dicho esto, ha habido una evolución positiva tras las comicios porque se formó una mayoría en el centro de la cámara de carácter proeuropeo para elegir a Von der Leyen como presidenta. También hemos visto que el PP junta sus votos con la ultraderecha, como ha ocurrido con las elecciones de Venezuela. Estamos en una época de contradicciones.
P: ¿Qué se juega la provincia de Alicante en la legislatura europea?
R: Se juega mucho y no veo que la Generalitat de Mazón tenga ninguna presencia en Europa para defender la agenda valenciana. Habla mucho de la agenda valenciana como arma arrojadiza contra el Gobierno y no veo que haya un desarrollo reivindicativo ni constructivo con respecto a lo que necesitamos desde Europa. Ahí está el tema del agua. Von der Leyen prometió en septiembre del año pasado la Estrategia de Resiliencia Hídrica y todavía no la hemos visto. La he reclamado en dos ocasiones por carta a los comisarios competentes y tenemos que seguir insistiendo.
P: Y a nivel global, ¿cuáles son los retos que destaca principalmente?
R: El primer reto es institucional y se habla muy poco de él. Hay una decisión de hacer la ampliación hacia el este y los Balcanes Occidentales. Eso significa que a 10 o 15 años vista tendremos una UE de 35 estados miembros. No podemos seguir funcionando con la unanimidad en política exterior, de seguridad y defensa, fiscal y social con una UE de 35, eso nos lleva a la parálisis. Al mismo tiempo, hay que mejorar la protección del Estado de derecho, no podemos permitirnos tener nuevos Orbanes.
P: Más allá de la vertiente institucional, ¿qué desafíos vislumbra para los próximos cinco años?
R: Tenemos el reto de la seguridad. La guerra de Ucrania nos tiene que servir para frenar la agresión pero también para construir un sistema europeo de seguridad y defensa. No podemos poner todos los huevos en la cesta de la OTAN. Hay que seguir trabajando por una Europa más sostenible desde el punto de vista ecológico y más competitiva y capaz de mantener su modelo social. Una buena hoja de ruta para esta legislatura es eliminar barreras que existen en banca, energía y telecomunicaciones en el mercado interior.
P: ¿Cómo valora las responsabilidades que adquiere Teresa Ribera?
R: Su nombramiento es un espaldarazo tanto para el Gobierno como para la familia socialista europea. Tiene sentido porque somos la segunda fuerza política de la coalición que se está formando en Europa. El PSOE sacó el mejor resultado a nivel europeo entre los socialistas con veinte escaños. Es un espaldarazo a la capacidad negociadora del Gobierno y a la propia Teresa Ribera, que todo el mundo reconoce que es la persona más capacitada y con autoridad para liderar la transición ecológica a nivel europeo y el área de la competencia.
«EE UU ve a China como una amenaza y la UE siente que es un competidor pero también un socio»
P: Sobre este último apartado que menciona, el de la competencia, se ha hablado mucho de la importancia de que la UE no quede relegada ante Estados Unidos y China…
R: China supone tres cosas: un rival sistémico con otro modelo político, un competidor comercial e industrial y un socio. Necesitamos mantener esa relación, por ejemplo, en la lucha contra el cambio climático. Hay una diferencia importante con la posición de EE UU, que ve en China una amenaza. La posición europea es más equilibrada y tiene más recorrido que la estadounidense.
P: Antes citaba el conflicto con Ucrania, a las puertas de la UE…
R: El conflicto sigue siendo muy dinámico en su evolución. Hasta hace unos meses parecía que Ucrania estaba perdiendo la guerra porque había fracasado su ofensiva del verano pasado. Ha habido una novedad que ha cambiado la situación, la ocupación de territorio ruso en la provincia de Kursk. Hay un debate abierto en este momento sobre si se deben eliminar las restricciones al uso de armamento occidental contra objetivos militares dentro de Rusia. Esto supone un punto de inflexión en el escenario bélico, con una oportunidad para que Ucrania mantenga el tipo.
P: En cuanto a la situación en Oriente Próximo, ¿cuál es su visión?
R: En Europa hay diferencias, pero también una posición común. Las diferencias se producen en la forma en la que cada Estado miembro percibe cómo ejerce Israel su derecho legítimo a la defensa. Unos consideran que se excede y otros que no, o no lo quieren expresar. La posición común es en torno a la importancia del alto el fuego para que se puedan liberar los rehenes. Si se quiere salvar la vida de esas cien personas lo mejor es un alto el fuego en Gaza y la frontera con Líbano.
P: Otro escenario que preocupa mucho en España es el de Venezuela, ¿cómo se vive en Bruselas?
R: La UE y el Alto Representante han sido muy claros en considerar que el resultado electoral oficial no tiene credibilidad, que Maduro haya ganado las elecciones. Los indicios apuntan en la otra dirección. Como ha dicho Borrell, no reconocemos legitimidad democrática a Maduro. A partir de ahí se plantea el debate, tanto en España como en el Parlamento Europeo, de dar el paso de reconocer a Edmundo González como presidente legítimo. Ya se hizo en el pasado con Juan Guaidó y no llevó a nada.
P: También forma parte de la ejecutiva del PSPV de Diana Morant…
R: Hemos abierto una etapa esperanzadora. El PSPV optó por hacer un cambio de liderazgo muy rápido tras perder la Generalitat, lo que no ocurrió en otras autonomías. Esto permite construir un discurso y una alternativa más pronto y con más solidez de cara a las próximas elecciones. Tenemos tres años para plantar cara a un gobierno que vemos excesivamente radicalizado hacia la derecha en temas como la memoria histórica o el valenciano.
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