Sensaciones que puede padecer un ser humano como, por ejemplo, «nervioso». Un, dos, tres, responda a otra vez: «Nervioso, ansioso, con miedo, con alegría, con ilusión, con expectativas. Diego Pablo Simeone dibujó todo el espectro sensorial, del miedo a la alegría, para transmitir su estado de ánimo antes de un partido como el derbi de este domingo contra el Real Madrid en el Metropolitano.
«Son todas las emociones que me genera un partido. Pero siempre. Desde que llegué al Atlético y jugamos el primer partido en Málaga. No cambia nada», matizó el preparador del Atlético este sábado, no vaya a ser que alguien diga, por ejemplo, que tiene miedo al Madrid. El miedo, dice, lo tiene antes de enfrentarse a cualquier rival.
Forma, sin duda, parte de la genuina visceralidad del Cholo, que estalla en la zona de banquillos y se atenúa hasta el extremo en las salas de prensa. En la de Majadahonda este sábado, se esforzó en restarle trascendencia al derbi. «Cada partido es uno 10 de importancia, no hay un 7», dijo cuando le preguntaron por la relevancia del duelo contra el Real Madrid.
Simeone esconde su once
Pero la tiene, vaya si la tiene. Se reflejó en el entrenamiento previo, en el que, a diferencia de la mayoría de ocasiones, el Cholo no permitió a los presentes intuir cuál será su alineación. Él, en cambio, parece tener clara la del Madrid. Mencionó a Modric, Güler y Endrick como alternativas a Mbappé, pero en una segunda pregunta centró sus apuestas en la presencia del croata, con Bellingham «en el enganche o como cuarto [centrocampista] por la izquierda».
Porque más allá de Mbappé, Simeone cree que la ausencia diferencial de los blancos será la de Toni Kroos, retirado tras la Eurocopa. «El rival ha perdido un jugador importantísimo en la mitad de cancha como Kroos, extraordinario y admirable para todos los entrenadores y necesario en cualquier equipo para dar equilibrio. Están en ese proceso, buscando el futbolista que les dé calma para aprovechar toda su potencia ofensiva», analizó el argentino.
También, claro está, tuvo palabras para los dos días de descanso que ha tenido para preparar el duelo con respecto a los cuatro del Real Madrid. Aunque a su manera: «Aceptamos lo que hay. Ya lo dijimos cuando nos mandaron a jugar con el Bilbao [sic] la semifinal [de Copa]. A nadie le importaba, a nosotros sí. Ellos jugaron con cinco días y nosotros con dos. No se acuerda nadie, no le importa a nadie. A partir de ahí, no me preocupa si nos mandan a jugar cada dos, tres, uno o cinco días. Hay gente que trabaja muy bien y hay que respetar su trabajo, porque hacen las cosas muy bien».