Un alto funcionario israelí reveló al Telegraph que el primer ministro Benjamin Netanyahu dejó Israel rumbo a Nueva York con el objetivo, en parte, de engañar al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, haciéndole creer que estaba a salvo.

Según esta fuente, el discurso de Netanyahu ante la Asamblea general de la ONU formaba parte de una “maniobra de distracción” para hacer creer a Nasrallah que Israel no tomaría acciones drásticas mientras el primer ministro se encontraba físicamente en Estados Unidos.

Mientras tanto, Israel emitió advertencias a los residentes del sur de Beirut, instándolos a evacuar de inmediato, aumentando las expectativas de un posible segundo ataque masivo contra la capital libanesa en el mismo día. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han ordenado a quienes viven cerca del bastión de Hezbolá en el suburbio de Dahiyeh que abandonen la zona lo antes posible.

Las fuerzas israelíes también están atacando otros objetivos vinculados a Hezbolá, incluido un “complejo de misiles costeros construido con financiación iraní”, según confirmó un portavoz de las FDI.

Durante la jornada del viernes, Israel lanzó un importante ataque aéreo en Beirut, cuyo objetivo era el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Hasta el momento, su paradero es desconocido. Posteriormente, altos mandos de Hezbolá quedaron incomunicados tras los ataques israelíes en los suburbios del sur de la capital libanesa, según informó una fuente cercana al grupo terrorista a Reuters. A pesar de la magnitud de los ataques, Hezbolá aún no ha hecho declaraciones oficiales sobre el destino de Nasrallah.

Por su parte, el portavoz de las FDI, contralmirante Daniel Hagari, afirmó que el ejército continúa evaluando los resultados del ataque contra la sede de Hezbolá en Beirut. “Lo actualizaremos en cuanto sepamos. Nuestro golpe fue muy preciso”, declaró Hagari, añadiendo que, hasta ahora, no hay cambios en las instrucciones para la población civil israelí.

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