“Vivimos en una sociedad muy dolorosa, no nos damos cuenta y el mundo está en llamas”, sostenía Núria Espert hace unos meses en este diario al tiempo que confesaba que sentía “esa vergüenza de estar preocupada” por hacer bien su trabajo “cuando están pasando las cosas tan tremebundas que están pasando”. Y esa reflexión, consecuencia de no vivir en una burbuja ni aislada del mundo en que vive, sigue intacta cuando dice, en una nueva conversación con El Periódico de España: “Mientras nosotros hacemos cosas con buena voluntad, deseando servir para algo, la televisión nos muestra atrocidades que están ocurriendo delante de nuestras narices, y es muy complicado porque las noticias son siempre pésimas y cuanto más sincero es ese canal que utilizas para informarte más grande se hace la herida”.

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