La comunidad católica que se va a encontrar el Papa Francisco tiene poco que ver con la que hace 29 años recibió a San Juan Pablo II. Acudió a beatificar al Padre Damian de Molocai, el apóstol de los leprosos, quien por cierto en 2005 fue elegido en su país «el belga más grande de todos los tiempos». 

Por distintas circunstancias, los últimos informes anuales publicados por la Iglesia belga (el último corresponde a 2022) confirma el descenso de la práctica religiosa. Entre los datos positivos, en los últimos años han aumentado los peregrinos a los cuatro principales santuarios marianos (Banneux, Beauraing, Oostakker y Scherpenheuvel) y han disminuido las solicitudes formales para abandonar la Iglesia.

Así es la Iglesia Católica de Bélgica

En estos momentos Bélgica cuenta con 3.656 parroquias, que son atendidas por 2.066 sacerdotes diocesanos de 55 nacionalidades diferentes. El clero es de avanzada edad: más de la mitad de los presbíteros supera los 75 años. Bélgica es un país con una gran variedad de nacionalidades, y eso se refleja también en su Iglesia. Entre los sacerdotes extranjeros, la mayoría son congoleños, le siguen los franceses, polacos, italianos e indios.

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