¿Quién no ha vivido una rabieta de su hijo? Ese momento de explosión incontrolado en el que gritos, llantos e incluso alguna “tirada” en el suelo. En su máxima expresión. Cada padre opta por abordar este delicado momento de una forma distinta pero hoy sabemos algo que no hay que hacer y que se ha extendido bastante durante los últimos tiempos.
Darle la tablet o el móvil a tu hijo para que se le pase la rabieta podría tener el efecto contrario. Así lo explica el psicólogo infantil Alberto Soler, que cuenta con más de medio millón de seguidores en su cuenta de Instagram. Y es que según señala en su último vídeo un estudio reciente revela la conexión entre el uso de tablets y las rabietas en niños pequeños.
“La investigación realizada con 315 familias sugiere que niños de 3 a 5 años que pasan más tiempo delante de las pantallas pueden experimentar más frustración y rabietas a medida que crecen”, explica Soler y añade que a estas edades son muy importantes para el desarrollo emocional de las criaturas las interacciones con otras personas, fundamentalmente con los padres. Los padres son fundamentales para que aprendan a regular sus emociones.
¿El móvil para calmar una rabieta?
Este profesional de la salud mental señala que cada vez es más habitual que se utilicen móviles o tablets para calmar a los niños durante los episodios de enfado o de rabietas. “¿Por qué se hace? Porque funciona, le das el móvil, se distrae y se la pasa el berrinche. Pero ¿podría ser que el uso de pantallas fuera la causa de estos problemas y no una solución para esa situación? ¿O que al menos lo complicaran?, se pregunta.
“Pues aunque no lo podemos afirmar al 100% sí parece claro que el tiempo frente a una pantalla reduce las oportunidades de interacción y de aprendizaje emocional”, afirma convencido y añade otro comentario que debería servir de reflexión para los padres. Y es que el uso abusivo de móviles por parte de los padres también limita el tiempo de calidad que podrían dedicar a enseñar a sus hijos a manejar sus emociones.
“Todos los niños tienen rabietas, tanto los que usan pantallas como los que no, pero sí es verdad que su uso resta oportunidades de aprendizaje que pueden hacer que esta fase dure más de lo estrictamente necesario”, concluye.