¿Quién no ha vivido una rabieta de su hijo? Ese momento de explosión incontrolado en el que gritos, llantos e incluso alguna “tirada” en el suelo. En su máxima expresión. Cada padre opta por abordar este delicado momento de una forma distinta pero hoy sabemos algo que no hay que hacer y que se ha extendido bastante durante los últimos tiempos.

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