Moscú sigue de cerca las decisiones que toman Ucrania y sus aliados y la posible autorización occidental del uso de misiles de largo alcance en territorio ruso no pasa desapercibida. En esta clave se lee la decisión del presidente Vladímir Putin de autorizar una posible respuesta nuclear a un ataque «masivo» aéreo contra su territorio durante la reunión del Consejo de Seguridad ruso, este miércoles por la noche. Cuando empezó la guerra en Ucrania en febrero de 2022, el líder del Kremlin amagó en diversas ocasiones con el uso de armas atómicas. Hizo algunos pasos para tener más margen para usar este tipo de armamento pero nunca ha llegado a emplearlo contra objetivos ucranianos. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró este jueves que cuando el decreto con la nueva doctrina nuclear esté listo se hará público con todos los detalles.
En la reunión del Consejo, que fue parcialmente televisada, Putin declaró que Rusia debe tener en cuenta «la aparición de nuevas fuentes de amenazas y riesgos militares» para el país euroasiático y sus aliados. «Todas las precisiones (de la doctrina nuclear) están profundamente calibradas y acordes con las amenazas y riesgos militares modernos contra la Federación de Rusia», añadió. Además de plantear una respuesta nuclear a ataques contra su territorio, el nuevo decreto establece que si un país no nuclear ataca a Rusia apoyado por un estado que sí tiene armamento atómico, este se vea como un ataque conjunto contra el país euroasiático. Esto implicaría, por ejemplo, que si Ucrania bombardea a Rusia apoyada por Reino Unido, Estados Unidos o Francia, estos países serían considerados cobeligerantes. Putin remarcó que las armas nucleares rusas son a día de hoy «la mayor garantía de seguridad para el estado y sus ciudadanos». Según Peskov, la doctrina nuclear es un tema que no se tocaba desde hace un año.
Antecedentes
Rusia, antaño firmante junto a EEUU del tratado New Start de reducción de armas nucleares, salió de este acuerdo en febrero de 2023 con el argumento de que cuando se rubricó, en 2010, Washington no era un adversario de Moscú. También remarcó que para que fuera justo debía incluirse el armamento nuclear de otros países de la OTAN aliados de Estados Unidos como Francia y el Reino Unido. Desde entonces el Kremlin ha usado la amenaza nuclear en algunas ocasiones, la más destacada en mayo de 2024, cuando realizó maniobras con equipo nuclear cerca de la frontera con Ucrania.
Algunos barones rusos ya han pedido el uso de armas nucleares contra Ucrania en el marco de la guerra. Uno de ellos es el gobernador de Chechenia, Ramzán Kadírov, que en octubre de 2022 instaba a los mandos militares a usar armas atómicas de carga baja. Desde la televisión pública algunas voces habituales en las amenazas contra Ucrania también han pedido acciones similares tanto contra Kiev como contra países aliados del país eslavo. Incluso el vicepresidente de la Duma, Piotr Tólstoi, habló de cuánto tardaría un misil nuclear en llegar a París. El vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente ruso, Dmitri Medvédev, advirtió recientemente que a Moscú «se le podía acabar la paciencia» e incluso habló de la posibilidad de convertir Kiev en un cráter de cenizas humeantes.