Las pruebas en las que Iñaki y Roberto juegan en solitario suelen ser más exigentes que las demás. No cuentan con la motivación de batir a ningún defensor y eso hace que la concentración tenga que ser máxima.

Esta vez, si querían obtener una ventaja más, debían medir sus pasos, ya que cada uno de ellos era importante. Un árbitro se encargaba de contar los pasos que realizaban en cada fase de este juego, ya que contaban con un límite que no podían sobrepasar.

Para la última misión, contaban con un total de 200 zancadas a repartirse entre los dos y un circuito de lo más exigente por delante. Ambos han estado lo suficientemente compenetrados como para que les sobrasen 300 pasos y Roberto ha terminado culminando la victoria con un espectacular salto de casi tres metros y medio. ¡Espectacular!

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