Hansi Flick durante el partido contra el Villarreal / Javi FERRÁNDIZ / Sport

Siete de siete. El Barcelona sigue intratable. Ayer no brilló pero sumó los tres puntos en una noche que va a servirle a Hansi Flick para reflexionar sobre el futuro más inmediato: que el Barça esté imparable va a condicionar el planteamiento de sus rivales. Sucedió ante el Getafe y, sin duda, va a pasar a partir de ahora. La capacidad goleadora del equipo provoca el miedo en el rival que, como consecuencia, opta por juntar y retrasar las líneas y eliminar el máximo de espacio posible entre la defensa y el portero. O sea, obliga al Barça a atacar en estático. Y esto es muy difícil.

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