La muerte de Lewis Cooper, un joven británico de 28 años que perdió la vida tras caer del balcón de su habitación en el Hotel Perla de Benidorm, sigue atormentando a su familia, que aún hoy no se explica lo que sucedió aquella fatídica noche del 21 septiembre de 2023.
Aunque catalogado enseguida como un caso más de «balconing«, al tener elementos muy comunes a esa peligrosa práctica (destino turístico, el punto desde donde se precipitó, que el joven iba ebrio…), las circunstancias que rodearon su caída todavía permanecen envueltas en un halo de misterio.
Lewis, que era gerente de proyectos de Basingstoke, Hampshire, se encontraba de vacaciones con un grupo de amigos en lo que había sido para ellos una tradición anual: ir a pasárselo bien a Benidorm. Durante la segunda noche de su estancia, después de una jornada de diversión que incluyó ver un partido de fútbol en un bar y seguir bebiendo en varios locales, el joven se separó de sus amigos. A última hora de la noche, Lewis fue acompañado a su habitación por una mujer, Lucy Quilter, a quien había conocido esa misma tarde.
Lucy relató ante el forense que dejó a Lewis en su habitación alrededor de las dos de la madrugada y que poco después, su prima escuchó un ruido extraño desde el exterior. Más tarde se descubriría que aquel ruido fue el impacto de la caída fatal de Cooper.
Un turista que presenció la escena le practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar, logrando que Lewis mostrara signos de vida. Sin embargo, tras ser trasladado de urgencia al Hospital General de Alicante, el joven no logró sobrevivir a las heridas y fue declarado muerto a las 09.45 horas del 22 de septiembre.
La autopsia desveló drogas en su organismo
Un examen toxicológico reveló la presencia de anfetaminas, morfina y benzodiazepinas en el organismo de Lewis, aunque no se pudo determinar cómo las drogas llegaron a su cuerpo. El forense británico Christopher Wilkinson sugirió que la morfina y el diazepam probablemente le fueron administradas tras el accidente para mitigar el dolor.
La familia de Lewis Cooper, profundamente afectada, rindió homenaje a su hijo con una emotiva declaración en el juicio: «Lewis era el pegamento que mantenía unido a su grupo de amigos. Tenía una cabeza madura para su edad. Si alguien iba a hacer algo imprudente, no sería él. Tenía todo por lo que vivir».
De hecho, Lewis estaba planeando el discurso de padrino de bodas para la boda de un amigo y estaba a punto de comenzar un segundo curso de entrenador de fútbol. Sus padres recalcaron lo increíblemente orgullosos que estaban de su hijo y lo mucho que lo extrañarían.
Descartan el suicidio y apuntan a una imprudencia
El juicio finalmente concluyó que la muerte fue un accidente o «muerte por desventura», como lo describió el forense. Se encontró evidencia de que Lewis había colocado una silla junto a la barandilla del balcón y la utilizó para subirse al pasamanos de siete centímetros desde el que cayó, según las pruebas forenses recogidas por la policía española.
A pesar de esto, el forense admitió que es imposible saber por qué Lewis decidió subirse al balcón en ese momento, calificando la decisión de «desesperadamente peligrosa». El caso dejó muchas preguntas sin respuesta y, en palabras del propio Wilkinson, «nunca sabremos realmente qué estaba pensando Lewis esa noche«.
El caso de Lewis Cooper no es, por desgracia, un hecho aislado. En los últimos meses se han registrado varios incidentes similares en los que turistas han caído desde balcones en destinos vacacionales. A pesar de los esfuerzos por concienciar sobre los peligros del balconing, esta práctica sigue siendo un riesgo mortal en lugares de ocio como Benidorm, donde la combinación de alcohol y alturas ha demostrado ser una fórmula trágica.
La muerte de Lewis, lejos de ser simplemente una estadística más en la preocupante lista de víctimas del balconing, es un recordatorio del valor de la vida humana y de cómo las decisiones aparentemente insignificantes pueden tener consecuencias devastadoras. En medio del dolor, su familia y amigos lo recuerdan como un hombre extraordinario, cuyo futuro fue truncado por un acto inexplicable.