Ansiedad por destacar. O, también, por generar polémica. En Albania, un país que últimamente ha comenzado a ganar cierta relevancia en los titulares —particularmente por su apoyo a las políticas antiinmigración del Gobierno italiano—, los ánimos se han vuelto a encender en estos días tras la propuesta del Ejecutivo albanés de crear una especie de Vaticano musulmán en su territorio, concretamente en la capital del país, Tirana.
El plan, anunciado por el propio primer ministro Edi Rama, consiste en la creación de una ciudad Estado de una decena de hectáreas para la orden de los bektashíes. Esta es una minoría de sufíes (místicos islámicos) fundada en el siglo XIII en la época del imperio otomano, que tiene características tanto chiíe como sunitas, y que actualmente concentra la mayoría de sus fieles en el país balcánico.
«A diferencia de otras religiones, el epicentro de esta es Albania«, ha explicado Rama, quien está presentando su idea en las sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas que se están celebrando en Nueva York.
Incógnitas
Del proyecto aún se desconocen cómo y cuándo comenzará la construcción de la nueva ciudad Estado, como suele ocurrir en este país balcánico, donde los planes gubernamentales a menudo se mantienen ocultos o son poco transparentes para la ciudadanía. Pero, además, algunos expertos también han expresado perplejidad sobre la legitimidad jurídica del plan.
Otra incógnita es qué relación tendrá el proyecto con la prestigiosa Universidad de al-Azhar de Egipto, fundada en 970, que mantiene relaciones interreligiosas con el papado romano y ya es considerada una especie de Vaticano musulmán para los sunníes. Todo ello sin olvidar que en el Islam, a diferencia del catolicismo, no hay unidad doctrinal ni un único Papa que gobierne sobre todos los fieles islámicos, sino una variedad de escuelas religiosas.
No obstante, Rama ya ha comunicado que tiene un equipo de expertos trabajando en el proyecto, que incluye también a asesores legales. Y, por su parte, miembros de la orden bektashí han manifestado su entusiasmo por el plan. En particular, Edmond Brahimaj, el líder de la orden en Tirana, lo ha considerado una medida «excelente» que «facilitará una nueva era de tolerancia religiosa en favor de la paz».
Polémicas
Por el contrario, Rama, quien es presidente del Partido Socialista albanés desde 2005, se enfrenta a la oposición del país, especialmente de los partidos conservadores. Lo que quizá se deba a que, aunque cerca del 50% de los 2,4 millones de habitantes de Albania son musulmanes, pero solo el 10% pertenece a esta orden que tiene su cuartel general en Tirana desde 1929.
La Comunidad Musulmana de Albania, uno de los principales colectivos que agrupa a los fieles de esta religión, ya ha dado su respuesta y ha sido negativa. Según esta organización, se trata de «un precedente peligroso para el futuro del país» y han subrayado que ellos son los únicos representantes oficiales del Islam en Albania. «Esta iniciativa, de la cual nos enteramos a través de los medios de comunicación, no ha sido discutida con las comunidades religiosas, que establecieron una institución especial, elogiada por todos los países occidentales, para casos como este, a saber, el Consejo Interreligioso de Albania», expresaron en una nota.
Otros expertos también han manifestado dudas sobre la posibilidad de que se instale una especie de Estado islámico en los Balcanes, una versión que el gobierno albanés rechaza. Aun así, y también pese a que los bektashíes son considerados una orden moderada, Albania actualmente alberga a una organización que anteriormente fue designada como organización terrorista por Estados Unidos, los Mujahedin-e-Khalq, a miembros del ultraconservador Movimiento Gülen, huidos de Turquía, y también a expresos de Guantánamo que el gobierno estadounidense no pudo enviar a sus países de origen.