General Motors (-4%) y Ford (-4,51%) derrapan en Wall Street después de que Morgan Stanley haya rebajado su recomendación y precio objetivo, debido al aumento de la competencia en China y al debilitamiento del consumidor estadounidense.

En el caso de GM, han situado su consejo en ‘mantener’ desde ‘sobreponderar’, y la valoración en 42 dólares, frente a los 47 dólares por título previos. Para Ford, la calificación ha pasado de ‘comprar’ a ‘neutral’, y el precio objetivo de 16 dólares a 12 dólares por acción.

Los estrategas de la entidad destacan que la industria automotriz del gigante asiático produce en la actualidad alrededor de 9 millones de unidades más de las que consume, ejerciendo presión sobre los mercados globales.

En este sentido, desde Morgan Stanley advierten que es probable que este exceso de capacidad encuentre su camino hacia otras regiones, intensificando la competencia para los fabricantes de automóviles estadounidenses.

«Incluso si estas unidades no terminan directamente en las costas de EEUU, la ‘fungibilidad’ de la pérdida de participación y ganancias por parte de los principales actores estadounidenses aumenta la presión aquí en casa», indican los analistas de la entidad.

Asimismo, añaden que las rebajas «se basan en nuestra expectativa de una mayor pérdida de participación de mercado hasta finales de la década, presiones en precios/mezcla, y riesgos de China, cumplimiento regulatorio y VE/VA/ROW/Otros que pueden impactar la rentabilidad, llevando a ganancias normalizadas más bajas y valoración».

La confianza del consumidor estadounidense también ejerce presión bajista después de que en septiembre haya caído hasta los 98,7 puntos desde los 105,6 del mes anterior ante la preocupación por el empleo.

Este descenso ha sido el mayor desde agosto de 2021 y «refleja probablemente la preocupación de los consumidores por el mercado laboral y sus reacciones ante la reducción del número de horas trabajadas, la ralentización del aumento de las nóminas y el menor número de ofertas de empleo, a pesar de que el mercado laboral sigue gozando de buena salud, con una tasa de desempleo baja, pocos despidos y salarios elevados», afirma Dana M. Peterson, economista jefe de The Conference Board.

Y es que los expertos de Morgan Stanley muestran su preocupación porque los inventarios de los concesionarios estadounidenses están aumentando, lo que está tensionando los precios de los vehículos nuevos. «La asequibilidad de los vehículos sigue siendo baja. El pago típico de un automóvil ha aumentado aproximadamente un 40% con respecto a los niveles previos a la pandemia. Los salarios han aumentado cerca del 20% en el mismo periodo», concluyen.

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