Cierta confusión se ha instalado en el PP en torno a la reforma de la jornada laboral una vez que el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz ha abierto el diálogo con los agentes sociales para pasar de las actuales 40 horas semanales, recogido en el Estatuto de los Trabajadores, a 37,5. Génova ha entrado de lleno en este debate de la mano de su líder, Alberto Núñez Feijóo, mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, embridaba el asunto dejando clara la oposición del gobierno autonómico a dicha medida, según explicó ayer su consejero de presidencia, Miguel Ángel García Martín.
Así, mientras parecía que el PP se abría a esta idea, -siempre y cuando recibiera el plácet de la mesa de diálogo social, empresarios incluidos-, una de las más poderosas baronesas territoriales ponía pie en pared. Pero desde Génova niegan cualquier tipo de discrepancia afirmando que su modelo «no es reducir la actual jornada laboral», no es trabajar menos horas» sino «condensarlas». Eso supondría alargar el tiempo de trabajo cuatro días a la semana para librar tres o crear lo que han dado en llamar un «banco de horas», administrado por el trabajador de acuerdo con su empleador. Esto es, incluir medidas de «flexibilidad» que ya contempla la actual normativa y las directivas europeas sin imponer un mismo modelo a todos los sectores y manteniendo también criterios de productividad.
«Trabajar lo mismo pero en menos días»
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, «plantea trabajar menos y cobrar lo mismo» mientras que el principio por el que se rige la propuesta popular es «trabajar lo mismo pero en menos días» y, sobre todo, «sin imposición y desde el diálogo», explican en el cuartel general de los populares a El Independiente. Todo ello aplicando métodos «quirúrgicos» habida cuenta que España es mayoritariamente un país de medianas y pequeñas empresas, donde implementar estas medidas tiene una complejidad mayor.
Quizá la confusión derive de cierta falta de claridad a la hora de exponer una posición que pudiera ser impopular, sobre todo cuando la semana que viene el primer partido de la oposición va a llevar al Congreso de los Diputados su propuesta estrella, esto es, una proposición de Ley de Conciliación, que abordará, entre otras cuestiones, la gratuidad de la educación de 0 a 3 años -que ya practican algunas comunidades como Galicia o Castilla y León- además de una reforma de los permisos de maternidad y paternidad una vez que distintos estudios han demostrado que el tiempo de coincidencia de los padres y madres no impide que el principal peso de los cuidados del bebé siga recayendo en la mujer.
La Ley de Conciliación del PP incluirá la «flexibilidad» de la jornada laboral
La ley de Conciliación popular incluirá un epígrafe sobre la jornada laboral en el que se apelará a la «flexibilidad» ya contemplada en la legislación actual sin meterse en concreciones respecto a si se deben bajar o no las 40 horas semanales, independientemente de que en muchas grandes empresas del país los trabajadores tienen ya jornadas por debajo de esa cifra. Admiten en el PP que este es un debate «del que no queremos salirnos sino participar en él» y apelan al acuerdo entre los agentes sociales.
Lo cierto es que, hasta el momento, la CEOE y Cepyme no han cedido, aunque desde Trabajo aseguran verlos más receptivos tras la reunión a tres bandas este martes pasado. Pero ese supuesto «cambio de tono» del que ha hablado el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, no impide a los sindicatos manifestarse hoy por toda España para exigir la rebaja de la jornada laboral, unas movilizaciones que, en Madrid, se desarrollarán precisamente a las puertas de la sede nacional de la organización patronal para ejercer presión sobre Antonio Garamendi. Incluso el partido socio de Gobierno de Pedro Sánchez, Sumar, ha llamado a la movilización. «La patronal -dice la convocatoria- tiene que saber que tres de cada cuatro ciudadanos apoya esta medida y que es viable y necesaria para mejorar la productividad y modernizar nuestro país con más calidad de vida», arguyen los magentas en su convocatoria.
Si la CEOE se suma a la reducción de jornada, se le planteará un dilema al PP en el Congreso
Otra cosa es que finalmente Trabajo y sindicatos le doblen el pulso a CEOE y Cepyme para rubricar un acuerdo conjunto. Con el aval de la patronal no le resultará fácil al PP justificar su ‘no’ cuando la reforma del Estatuto de los Trabajadores pase por el Congreso de los Diputados. El líder del PP, siendo presidente de la Xunta de Galicia, no compartió el rechazo de su partido a la reforma laboral de Yolanda Díaz en 2022, una reforma que se comprometió a mantener en caso de gobernar tras las elecciones generales del 23-J. Dijo que se trataba, «sustancialmente, de una buena reforma» al tiempo que puso en valor que tuviera el aval de todos los agentes sociales.
En definitiva, aún a sabiendas de que pueden verse en un dilema parlamentario, fuentes del equipo de Feijóo insisten en que «una cosa es la flexibilidad y otra es la reducción de la que habla el Gobierno». Los populares no defienden «que se pague lo mismo por trabajar menos», sino que abogan por «que se trabajen las mismas horas menos días siempre y cuando sea posible». Eso, aducen, aproxima su posición a la expresada por el gobierno de Madrid sin choques con la poderosa baronesa territorial, a la que no pocas veces se le acusa de intentar marcar el paso a Génova.