El Real Madrid ha llegado a una situación límite con Vinicius. El brasileño se ha convertido en un problema para sí mismo y para el equipo. Sus protestas le han convertido en el foco de la polémica arbitral y ya es el jugador más amonestado de la Liga por sus desconsideraciones a los colegiados, que le han mostrado tres amarillas por ello. Y esa deriva ha terminado por arrastrar al equipo y a sus compañeros y ya son nueve las amonestaciones que han recibido los jugadores del Real Madrid por protestar en las siete jornadas de Liga que se llevan disputadas. Tres de ellas anoche ante el Alavés.
Ancelotti no se mordió la lengua
Carlo Ancelotti no puso paños mojados ni edulcoró una realidad que ha disparado las alarmas en el club. «La reglamentación ha cambiado y tenemos que acostumbrarnos a esto. Tenemos que evitar las protestas y punto. No es justo o injusto, tenemos que adaptarnos a esto y ya está». Eran las palabras de un Carletto que comparecía con un semblante muy serio en la sala de prensa del Santiago Bernabéu, incluso algo apesadumbrado pese a haber ganado al Alavés por (3-2) en un partido en el que además Endrick debió ser expulsado por agredir de forma flagrante a Mouruño al propinarle una patada entre las piernas en una jugada sin balón. Agresión que llevó a Luis García a declarar segundos antes: «Teníamos que haber acabado jugando contra diez los últimos diez minutos. El árbitro tiene que expulsar a su jugador. Es roja, hay intención de pegar. Nadie puede decir que no es expulsión. Creo que el árbitro ha podido ser excesivo a la hora de sacar algunas amarillas a ellos, pero esa es roja inapelable. Es una opción puntual clara. No admite debate alguno».
Vinicius veía la amarilla en el minuto 29 por protestar a Muñiz Ruiz una falta por parte de Mouriño que el colegiado gallego no entendió como tal. Los aspavientos del brasileño le terminaron costando la tarjeta, la segunda que recibían los locales después de otra que vio Valverde en el minuto 3 también por un gesto de desaprobación tras una falta pitada por el colegiado. Posteriormente la vería Modric, que estaba en el campo portando el brazalete y podía dirigirse como tal al colegiado, pero sus gestos de protesta no gustaron a Muñiz, que también enseñó la amarilla al croata.
En el minuto 90, ante la cascada de protestas de Vinicius, Ancelotti decidió sustituirlo y al salir vio cómo el cuatro árbitro señalaba seis minutos de prolongación, lo que provocó las risas y los gestos airados del jugador en la banda, donde Chendo, el delegado del Real Madrid, tuvo que llevárselo para que no viese otra amarilla. Al estar fuera del campo el Madrid no se habría quedado con diez, pero el jugador se habría perdido el derbi por ser expulsado.
En el Real Madrid están hartos de la actitud del brasileño. Ancelotti, que es la persona que más le ha defendido en el club y que mantiene un rol casi paternal con el jugador, ha hablado con él personalmente, igual que su hijo Davide y el resto del staff. Y lo ha dado por perdido. Vinicius no hace caso a los consejos ni las órdenes de sus superiores. Sigue protagonizando incidentes partido tras partido con protestas que ponen en peligro su estancia en el campo, como ocurrió anoche ante el Alavés. El futbolista no atiende las peticiones del entrenador y el vestuario ya se ha cansado de intermediar en el terreno de juego y fuera de él por Vinicius.
El pasado 22 de octubre de 2022 adelantábamos en EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que el Real Madrid, preocupado por su ‘Neymarización’, activaba una terapia para Vinicius. El club blanco ponía en marcha un plan para que el extremo brasileño no se distraiga en los partidos cayendo en las provocaciones de los rivales ni sea estigmatizado como un provocador. El Madrid lleva tiempo trabajando con él para que no entre en las provocaciones ni atienda las descalificaciones con las que los rivales le desafían. Compañeros, entrenadores y hasta psicólogos del club han trabajado con él para crear rutinas de atención que le permitan abstraerse en esas situaciones y seguir centrado en el juego. Una terapia que no ha surtido ningún efecto.
La afición se divide y pide su venta
La deriva del asunto es tal que ya hay un sector de la grada que se ha cansado de la actitud del brasileño y se manifestaba en las redes sociales a favor de plantear el traspaso de Vinicius a Arabia Saudí, algo que en la cúpula del club hace semanas que se sopesa dado el comportamiento del brasileño, que ha congelado las negociaciones abiertas con el Real Madrid para prolongar su contrato, que finaliza en junio de 2027. Además, a Florentino Pérez no le había gustado nada que el brasileño pidiese retirar el Mundial de 2030 a España por los incidentes racistas que estaba sufriendo, porque la final está proyectado que se dispute en el remodelado Santiago Bernabéu.
Vinicius ha tensado la cuerda demasiado y los compañeros y entrenadores lo dan por perdido. Su carácter indómito lastra al futbolista superlativo que es hastya el punto de convertirle en un jugador que protesta todas las jugadas en las que está involucrado, lo que predispone a las aficiones rivales a cargar contra él. Algo que ha provocado insultos raciales injustificables que LaLiga está persiguiendo. El domingo Vinicius llega a uno de los estadios en los que menos cariño se le tiene, el Metropolitano, para librar un derbi de alta tensión ante el nuevo Atlético de Simeone. Ancelotti y el Real Madrid tienen mucho trabajo.