En noviembre de 2021, la NBA tuvo que hacer frente a una crisis interna por las quejas de varios jugadores sobre el cambio de balón. El acuerdo con Spalding había vencido y la liga había alcanzado un nuevo patrocinio técnico con Wilson que sería responsable de suministrar los nuevos balones a la competición, un cambio delicado si no se atiende a las características a las que los profesionales están acostumbrados.

“No es una excusa ni nada por el estilo, simplemente es un balón de baloncesto diferente. No tiene el mismo tacto ni la misma suavidad que tenía el balón Spalding. Ya veréis este año, va a haber muchos malos fallos”, dijo entonces el alero Paul George.

La liga y los equipos trabajaron conjuntamente con Wilson para desarrollar el nuevo balón de juego pero a la hora de empezar la liga los jugadores se preguntaban si todavía había trabajo por hacer. La liga se excusó diciendo que el nuevo balón no era el demonizado esférico de fibra que en 2006 se trató de implantar y sólo duró un par de meses antes de que los jugadores lo repudiaran. “El balón Wilson está para quedarse”, se dijo y quedó claro. Las razones eran poderosas: un contrato anual que está alrededor de los 30 millones de dólares, según algunas fuentes apuntaron por entonces.

Tres años después el mismo cambio llega a la ACB, que esta temporada ha implantado el balón Wilson Evo NXT gracias al acuerdo alcanzado con esta multinacional de origen estadounidense (actualmente con accionariado chino). En la presentación del acuerdo la ACB informó de las características del nuevo balón refiriéndose a mejoras en su agarre. Según ello, el Wilson cuenta con “una superficie de canales texturizados hecha de composite que repele el sudor y mejora el agarre para un control perfecto” para añadir que el “acolchado” extra “permite que los dedos de los jugadores se hundan más en la superficie de la pelota para un mejor control y una sensación más suave”.


Wilson, nuevo balón para las competiciones ACB

Joaquim Alberch

Tras unos meses de contacto las sensaciones son divergentes en los jugadores. Algunos comentan que quizá rebota algo más en el contacto con el aro y otros que se va a necesitar un proceso de adaptación que habrá que ver si se ha superado con el inicio de la fase regular, este próximo fin de semana.

“Es un poco distinto, sí, sobre todo si vienes de Spalding aunque entre los Spalding de una competición y otra también había muchas diferencias”, comentaba Adam Hanga, alero del Joventut Badalona, durante la pretemporada. “Yo creo que a todos los jugadores no les gusta cuando algo cambia pero hemos de adaptarnos”.

Su compañero Pau Ribas añade que “hacía tiempo que no pasaba, hacía tiempo que estábamos con Spalding” y subraya otro aspecto estético: “Para mí, el color hace que veas la pelota mucho mayor de lo que debe ser. Es raro, ese color tan naranja. Yo soy un clásico, me gusta el cuero marrón de toda la vida. Hay que adaptarse porque al final el balón es el mismo para todos”.

Lo que los jugadores tienen claro es que habrá que acostumbrarse al cambio si bien la alternancia de distintas competiciones con distintos balones oficiales puede hacer más complicado el tema a algunos equipos. Los de juegan Champions League también usan los Wilson pero en Euroliga y Eurocup se sigue utilizando Spalding. También durante la Lliga Catalana disputada hace unos días se ha usado Spalding. Además, los jugadores que van a las ventanas FIBA con las selecciones entrenarán y jugarán partidos con Molten.

Entrando en análisis de lo ocurrido en la reciente Supercopa Endesa se observa un ligero descenso de los porcentajes de acierto respecto a la temporada anterior, si bien la muestra es tan pequeña que puede ser poco representativa: del 54% en tiros de dos se pasó al 51%; en triples se ha bajado de 34,7% al 33,7%, y en tiros libres del 77,7 al 74,8. Habrá que ver si a medida que aumente la muestra con partidos de fase regular se confirma este descenso o no.

En la NBA los porcentajes de tiro en la temporada 21-22 bajaron muy ligeramente (-0,5 en porcentaje de tiros de campo, -0,7 en triples y -0,3 en libres) pero en los años siguientes se ha recuperado el nivel de la temporada precedente.

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