El pleno parlamentario que finalizó ayer fue denso y plúmbeo, aunque en algunos asuntos no careció de un interés más antropológico que político. A los que piensan, por lo demás, que el parlamentarismo es garantía de placidez habría que recordar varias patologías que han afectado a otras tantas señorías: el consejero de Educación, Poli Suárez, sufrió un episodio tensión arterial que lo tumbó durante días, el diputado de Vox, Javier Nieto, perdió medio dedo en verano mientras realizaba labores de jardinería, la vicepresidenta de la Cámara, Ana Oramas, ha padecido un pinzamiento muscular que requirió analgésicos. Aunque no se trate de un asunto médico sí se podía entender como una pequeña hemorragia: Marta Gómez, diputada de Vox, ha decidido abandonar el grupo parlamentario ultra y ha anunciado que se pasará al Grupo Mixto, que compartirá en su caso con Raúl Acosta, de la AHI. 

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