El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido su mediación para facilitar la entrada en España del opositor y candidato en las elecciones venezolanas, Edmundo González. Un papel por el que ha justificado su necesidad de discreción, después de no haber hecho declaraciones desde las elecciones venezolanas del pasado 28 de julio, ya que ha avanzado que seguirá realizando tareas de mediación. “Mi forma de ayudar es a través del diálogo”, dijo en declaraciones a la prensa antes de participar en la presentación de un libro en el Ateneo de Madrid, llamando tanto al régimen como a la oposición para buscar una salida “pacífica” a lo que ha calificado como “conflicto”. “Seguiré trabajando discretamente para lo que humildemente pueda ayudar a Venezuela”, reiteró antes de entrar en el acto esta tarde.
El expresidente del Gobierno está en el punto de mira del PP por supuesta connivencia con el chavismo y de parte de la oposición venezolana, que ha presentado una querella al considerar que “trató de influir ante el Grupo de Puebla para que no interesara la publicación de las actas de escrutinio” en los comicios venezolanos del pasado 28 de julio. El expresidente socialista acudió a Caracas para participar como observador electoral junto a otros miembros del denominado Grupo de Puebla, como el expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, o su coordinador Marco Enríquez-Ominami.
Este movimiento internacional, del que es miembro fundador Zapatero, reúne a líderes políticos progresistas de América Latina, el Caribe y Europa. Del PSOE también forma parte de esta suerte de ‘think tank’ su exvicesecretaria general y ahora delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra. Desde entonces, Zapatero había evitado pronunciarse en público sobre el proceso electoral y responder a las acusaciones de los populares que criticaron su labor por dar “apariencia de normalidad, de legalidad democrática a un proceso que no tiene todas las garantías».
Tras la denuncia del líder opositor en Venezuela y candidato a la presidencia de su país Edmundo González Urrutia de haber sido coaccionado por las autoridades de su país, como condición para viajar a España, desde el PP se precipitaron a señalar a Zapatero como el «gran urdidor» de la «operación». También acusaron al Ejecutivo de estar implicado «como cooperador necesario» en el «golpe de Estado que se ha producido en Venezuela». Un señalamiento que motivó un segundo comunicado de González Urrutia aclarando que “no he sido coaccionado ni por el Gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela, Ramón Santos».
Desde el Ejecutivo y el PSOE siempre han defendido su labor de mediación con resultados tangibles como la liberación de presos políticos. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, alabó su papel “en diálogos y mediaciones” en Venezuela para responder a las críticas de la oposición durante su última comparecencia en la comisión del Senado. Según reprochó a los populares, Zapatero “ha participado en muchos diálogos, en muchas mediaciones y en muchas liberaciones de presos políticos. Y ustedes lo saben”.