Javier Milei llegó a la septuagésima novena Asamblea General de la ONU como un mesías y un salvador de la organización. La ONU, dijo, ante una muy despoblada, tiene una «agenda de un gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los estados y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad».
El presidente argentino de ultraderecha dijo que «todavía» se «está a tiempo» de enderezar el rumbo y volver a sus «principios» fundadores. Para hacerlo, debe olvidarse del cambio climático y los programas que viene llevando a cabo. «Estamos ante un fin de siglo, el colectivismo y la agenda wok se han chocado con la realidad y no tiene soluciones para los problemas del mundo y nunca las tuvieron». A su criterio, «si la agenda 2030 fracasó hay que preguntarse si no fue un programa mal concebido de inicio, aceptar la realidad y cambiar el rumbo. Siempre ocurre lo mismo con las ideas que vienen de la izquierda. Ya hemos visto en Argentina con nuestros propios ojos lo que hay en este camino de envidia y pasiones tristes, pobreza, embrutecimiento y una ausencia total de libertad». Por eso, hay que «apartarse» de ese camino. Argentina expresó su «disenso» con el Pacto del Futuro y llamó a los países a darle la espalda.
A su vez, Milei, un fervoroso aliado de Benjamín Netanyahu, criticó a la ONU por votar «sistemáticamente» contra el Estado de Israel «que es el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal mientras se ha demostrado una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo».
En las antípodas de sus colegas de Brasil y Colombia, Luz Inacio Lula da Silva y Gustavo Petro, quienes alentaron sobre las consecuencias del desastre climático que se avecina, el anarco capitalista se presentó en la Asamblea General como testigo del «fracaso de un siglo estrepitoso de políticas colectivistas que destruyeron» a su país. Y se propuso «alertar a las distintas naciones del mundo sobre el camino que están transitando hace décadas y sobre el peligro de que la ONU fracase en su misión original». Si Naciones Unidas sigue promoviendo «políticas colectivistas que se impulsan bajo la agenda 2030» se profundizarán los problemas globales. «Ha sido esa agenda que obedece a intereses privilegiados el abandono de la declaración universal de derechos humanos de la ONU».
«Burócratas internacionales»
El modelo de Naciones Unidos ha sido «abandonado» y «reemplazado por un Gobierno de burócratas internacionales que pretenden imponerle a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado». La Cumbre del Futuro «no es otra cosa» que la reiteración de una política que calificó de trágica.
MIlei está convencido de que es una figura de relevancia planetaria y que las redes sociales marcan su verdadero peso en la realidad concreta. Despreocupado por la fuerte caída en las encuestas en su país como consecuencia de un ajuste que ha llevado a la pobreza a más del 55% de sus habitantes, el extertuliano televisivo acusó a Naciones Unidas de haber sido «una de las propulsoras sistemáticas de la violación de la libertad como con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020», algo que «debería ser considerada un delito de lesa humanidad«. También reprochó que Cuba y Venezuela se hayan sentado en el Consejo de Derechos Humanos y fomente «la política ridícula de emisión cero que daña a los países pobres».
Organización impotente
Para el ultraderechista, la ONU se ha mostrado «impotente de abordar los conflictos globales» como la invasión rusa a Ucrania y, algo pero, le dice a los países » cómo y deben producir, comer, en qué creer», como el Pacto del Futuro que «ha redundado en la pérdida de credibilidad» de la organización.
Argentina, remarcó, vive un proceso de cambio y ha abrazado las ideas de la libertad y la defensa de la propiedad y la vida. «Esos principios guardarán nuestra conducta internacional. Creemos en la defensa de la vida, en la libertad de expresión y culto, para todos, en la libertad de comercio». Esa doctrina, aseguró, «es nada menos que la esencia de las Naciones Unidas». Si recupera ese impulso original, la ONU contará con el «apoyo sin claudicaciones» de su administración. Pidió a las «fuerzas del cielo» que la acompañen en su revisión de políticas. Como si estuviera en un acto de la ultraderecha, MIlei terminó su discurso con su grito de «Viva la libertad, carajo»
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