Los cielos de la frontera entre el Líbano e Israel siguen llenos de proyectiles. Tras el día más mortífero en 76 años de conflicto entre los dos países, los ataques transfronterizos han continuado, aunque con menor intensidad. Los aviones israelíes no han detenido su agresión, que ya ha matado a 558 personas en el Líbano y herido a 1.835. Al menos una cincuentena de ellos son niños y 94 son mujeres, según cifras del Ministerio de Salud libanés. A su vez, Hizbulá ha lanzado varias retahílas de cohetes contra el norte de Israel, que no han provocado víctimas mortales. Mientras, decenas de miles de libaneses siguen atrapados en las carreteras intentando salvar la vida.

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