Los cielos de la frontera entre el Líbano e Israel siguen llenos de proyectiles. Tras el día más mortífero en 76 años de conflicto entre los dos países, los ataques transfronterizos han continuado, aunque con menor intensidad. Los aviones israelíes no han detenido su agresión, que ya ha matado a 558 personas en el Líbano y herido a 1.835. Al menos una cincuentena de ellos son niños y 94 son mujeres, según cifras del Ministerio de Salud libanés. A su vez, Hizbulá ha lanzado varias retahílas de cohetes contra el norte de Israel, que no han provocado víctimas mortales. Mientras, decenas de miles de libaneses siguen atrapados en las carreteras intentando salvar la vida.
Alrededor del Líbano unos 54 hospitales están recibiendo a los heridos, pero hay otros que han tenido que lamentar pérdidas en sus instalaciones. Como ha hecho repetidas veces en la Franja de Gaza, el Ejército israelí ha atacado infraestructura sanitaria. El Centro Médico Ainata, en el valle de la Becá, y el hospital gubernamental de Bint Jbeil, en la frontera con Israel, han sido blanco de los ataques durante las últimas horas. El Ministerio de Sanidad ha denunciado la muerte de cuatro rescatistas de los scouts islámicos de Al Rissala. «Los hospitales no descuidan a los pacientes y están satisfaciendo todas sus necesidades», ha dicho en rueda de prensa Firass Abiad, el ministro de Sanidad en funciones, destacando que el personal médico «ha permanecido en los quirófanos durante largas horas» desde ayer. Al mediodía, y por segundo día consecutivo, el Ejército israelí ha lanzado un ataque contra Beirut.
«No debemos darle un respiro a Hizbulá; debemos seguir trabajando con todas nuestras fuerzas», ha dicho el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el teniente general Herzi Halevi, durante una evaluación esta mañana. «Hoy aceleraremos las operaciones ofensivas y reforzaremos todos los arsenales; la situación exige una acción intensiva continua en todos los frentes«, ha añadido Halevi. El portavoz de habla árabe del Ejército, Avichay Adraee, ha vuelto a dirigirse a «los residentes de las aldeas libanesas». «Los ataques continúan; si estás cerca o dentro de edificios utilizados por Hizbulá para almacenar armas, debes alejarte al menos un kilómetro de estos edificios o abandonar el pueblo inmediatamente», ha dicho en una publicación en X. «Cualquier persona que esté cerca de miembros de Hizbulá se está poniendo en peligro», ha repetido.
150 escuelas como refugios
Hizbulá, por su parte, ha denunciado que Israel ha estado lanzando panfletos con un código de barras «muy peligroso» en el valle de la Becá, en el este del país, advirtiendo que escanear el código «retiraría toda la información» de cualquier dispositivo. En el sur del Líbano, los ataques han continuado durante toda la noche y esta mañana, aunque fueron menos intensos que los registrados durante la jornada anterior. Por la mañana, más de 50 proyectiles de Hizbulá han sido disparados hacia el norte de Israel, según el Ejército hebreo. El grupo libanés ha reivindicado un nuevo ataque contra «los almacenes logísticos de la 146ª división de reserva israelí» en el cuartel de Naftali, a pocos kilómetros de la frontera, mediante «una salva de misiles». Además de algunos heridos leves, los ataques han dañado edificios en la zona, provocando varios incendios.
El Gobierno libanés está tratando de contener los grandes movimientos de desplazamiento que también están provocando los ataques israelíes. «En estos momentos, 150 escuelas están sirviendo como refugios», ha dicho Nasser Yassin, ministro de Medio Ambiente interino y encargado del Comité Nacional de Respuestas a Desastres. Durante la noche, se calcula que al menos 16.500 personas han sido desplazadas, aunque todavía hay decenas de familias en las carreteras intentando escapar de las zonas afectadas. Los bombardeos indiscriminados israelíes ya han hecho desaparecer a familias enteras, como la de Layali Ayyash, profesora de matemáticas de la escuela secundaria Ansar, a 50 kilómetros de la frontera, junto a su marido y sus dos hijos.
Elemento disuasorio contra Irán
Una fuente política anónima ha dicho al medio israelí Haaretz que parte del objetivo de los ataques aéreos contra el Líbano era actuar como elemento disuasorio contra Irán. «La operación en el norte tiene dos objetivos: garantizar el regreso seguro de los residentes del norte y enviar una señal al eje iraní de que Israel no tiene miedo de actuar con decisión para impedir una mayor escalada», ha declarado. «Israel tiene otros objetivos potenciales en el Líbano y no dudará en atacar si Hizbulá no capta el mensaje», ha añadido. Por su parte, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, ha hecho un llamamiento a los países de la región en una entrevista con la CNN.
«Hizbulá, por sí solo, no puede enfrentarse a un país que está armado hasta los dientes y tiene acceso a sistemas de armas que son muy superiores a cualquier otra cosa; contra un país que está siendo defendido, apoyado y abastecido por países occidentales y europeos y Estados Unidos», ha declarado, horas después de que el Pentágono anunciara el envío de un pequeño número de tropas adicionales a la región. «Si es necesario, los países islámicos deben reunirse para formular una reacción ante lo que está sucediendo», ha añadido Pezeshkian. «No debemos permitir que el Líbano se convierta en otra Gaza en manos de Israel», ha concluido el presidente iraní.