El que fuera alcalde de Marbella, Julián Muñoz, ha fallecido esta madrugada a los 76 años como consecuencia de un cáncer de pulmón que sufría desde hace ya varios años. Su muerte ha tenido un gran eco en redes sociales, convirtiéndose rápidamente en tendencia nacional de la plataforma X, la antigua Twitter. Su vida también fue tendencia, pero en las revistas del corazón. Símbolo de los excesos de la corrupción en la Costa del Sol y uno de los encausados del caso Malaya, una de las operaciones de corrupción inmobiliaria e institucional más importantes del país, Muñoz fue el vértice maestro de un triángulo amoroso y delincuencial que arrastró consigo a las que fueron las mujeres de su vida: Mayte Zaldívar e Isabel Pantoja.

Los años felices

Muñoz y Zaldívar, hija de guardia civil destinado en Marbella, se casaron en 1974 y tuvieron una hija, Elia –Mayte tuvo otra hija, Eloísa, de una relación anterior, a la que Julián terminó adoptando–. Las tres mujeres acompañaron a Julián Muñoz cuando este empezó a ganar peso en el Grupo Independiente Liberal y cuando, en 2002, tras la dimisión de Jesús Gil como alcalde de Marbella, escaló como mandamás de la ciudad malagueña. Así, 2003 no podía empezar mejor: Muñoz arrasaba en las elecciones, consiguiendo la mayoría absoluta.

Pero la felicidad fue efímera. Muñoz no sólo perdió la alcaldía por una moción de censura impulsada por su propio partido en agosto de ese mismo año, sino que también perdió su matrimonio, tras descubrirse su infidelidad con la primera tonadillera del país.

El 28 de febrero los tres habían paseado por las calles de Marbella, cuando la ciudad rindió homenaje a la tonadillera con motivo del Día de Andalucía. Pantoja era entonces «una amiga de la familia». Pero dicen que fue ese día cuando saltó la chispa entre el alcalde y la Pantoja. Ella confesó años después que lo suyo comenzó el día de San José de aquel año, aunque la relación se confirmó definitivamente cuando aparecieron juntos en la romería del Rocío. La recién enamorada pareja vivió su amor contra los elementos con la sonrisa como escudo protector: dientes, dientes, como dijo ella en frase inmortal que ya ha quedado acuñada como expresión popular. Hasta que, en 2006, estalló el caso Malaya y, con ello, la investigación sobre Muñoz y su círculo.

Las mujeres del Malaya

Tras ser imputado como presunto autor de delitos de cohecho y malversación de caudales públicos, Cachuli, como se le conocía en Marbella y luego en toda España –un sobrenombre asociado a sus proverbiales pantalones de tiro alto– fue detenido en 2006. La cárcel supuso el enfriamiento de la relación, preludio de la propia imputación de Pantoja. Y así, la cantante confirmó en 2009 la ruptura con el político, al que «había amado con toda su alma», tras una visita en la cárcel. Muñoz, explicaría luego en ¡Hola!, y nunca se lo perdonaría. No quería saber nada de él.

Mientras, la que fue esposa de Muñoz, Maite Zaldívar, se ganaba la vida en los platós de televisión, echando bilis de su ex-marido y pareja. Pero un desliz la llevo a afirmar que, cuando Muñoz era alcalde de Marbella, en su casa «entraban bolsas y bolsas repletas de dinero«. Zaldívar se colocó entonces en el punto de mira. «Él me decía que era normal, unas comisiones de obras», explicó en una llamada telefónica al programa de Telecinco A tu lado.

Así, el triángulo amoroso se convirtió más bien en un triángulo moroso, al estar los tres implicados en uno de los casos de blanqueo más sonados del país. En 2018, quince años después de aquel paseo premonitorio por las calles de Marbella, volvieron a coincidir en la sala donde se juzgaba la pieza separada del ‘caso Malaya’ por la que ellas fueron condenadas. Zaldívar a poco más de tres años y al pago de una multa de 2,48 millones de euros; Pantoja a dos años de prisión y una multa de 1,15 millones de euros. Muñoz a otros siete años y medio de cárcel.

No ha sido hasta este año cuando Muñoz ha hecho definitivamente las paces con su exmujer quien, a pesar de estar en una relación desde hace 20 años con Fernando Marcos, ha vuelto a casarse con el recién fallecido. Una decisión tomada entre todos tras la pena de Muñoz de fallecer sin estar casado. «¿Tú quieres que nos casemos y te quedas más tranquilo para ver de nuevo a ti familia unida? Pues venga, lo hacemos«, comentaba la viuda en el programa ¡De viernes! el pasado 13 de septiembre. Aunque parece más que probable que se trate de una operación, esta vez no malaya, para facilitar la herencia familiar.

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