A buen precio, con alojamientos a pie de playa y relativamente cerca de Barcelona. Esta es la fórmula que ha hecho que el municipio de Santa Susanna, en el norte de la costa de Barcelona, haya estado a punto de morir de éxito este verano. «Ha sido lo nunca visto, hacía años que no se veía tantísima gente por aquí… Muchos extranjeros, eso sí», asegura Lesly, una veterana que ha trabajado esta temporada en uno de los numerosos puestos de suvenires que hay en el paseo marítimo. Especializada en «turismo familiar y de eventos deportivos», según el ayuntamiento, Santa Susanna tiene ahora mismo 23 hoteles, la mayoría de entre tres y cuatro estrellas y casi todos de grandes dimensiones, con 400 camas de media, amplias terrazas que miran al mar, piscinas y hasta algún pequeño parque acuático en su interior. Suman, en total, 10.600 plazas hoteleras, de las que el pasado agosto se llenaron el 99,4%. Los fines de semana el porcentaje de ocupación fue incluso tres décimas superior, del 99,7%. Ningún otro destino turístico de España ha conseguido, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), semejantes niveles de ocupación. Lo dicho, lo nunca visto.
Una bandera alemana, otra suiza y una tercera danesa dan, junto a la ‘senyera’, la bienvenida a quienes llegan al pueblo por la carretera N-2. Está claro quién visita y qué lenguas habla el sector turístico de Santa Susanna. Hasta hace pocos años, también la frecuentaban muchos viajeros rusos (dan fe de ello los carteles en este idioma que sigue habiendo en los comercios). Estos días, en las postrimerías ya de septiembre, por la larga avenida del municipio también se escucha bastante francés y algo de inglés. Jubilados y grupos de estudiantes son ahora el perfil más común.
Karen y Sandra, ambas con un buen mochilón a la espalda, son amigas. Alemanas, de Düsseldorf. Esperan en la parada del autobús que les va a llevar al aeropuerto de El Prat, de regreso a casa. «Hemos estado siguiendo una ruta por la costa mediterránea española y nos instalamos aquí como base para ir haciendo excursiones hacia Barcelona«, explica la primera. «Y, bueno, también fuimos un día a Lloret de Mar, que no queda lejos», cuenta la segunda. Se llevan una buenísima impresión de Santa Susanna. «El trato ha sido muy amable y la comunicación bastante fácil, porque todo el mundo habla inglés o alemán«, señalan. ¿Y cómo supieron de la existencia de este pueblo que no llega a los 4.000 habitantes? «Pues por una plataforma ‘online’ de reservas de hoteles«, responden. «Buscábamos un sitio que saliera barato y que estuviera bien comunicado», precisan.
La proximidad a Barcelona
Los viajes de un día a Barcelona son una de las actividades más reclamadas por los clientes de los hoteles. Triunfan las rutas para visitar la Sagrada Família y el Park Güell, con varias salidas diarias de autobuses hacia esos destinos. También hay quien, para economizar, opta por hacer el viaje en tren. Algunos, los más madrugadores, salen temprano por la mañana, de manera que a mediodía vuelven a estar en el hotel para comer y, llegado el caso, echarse una siesta o bajarse a la playa.
La estancia media de los que se alojan en esta localidad es de un poco más de seis días, y quizás porque aquí el turista es eminentemente extranjero, los negocios del pueblo no tienen la sensación de haber hecho menos caja que otros años, como sí ha ocurrido en otros destinos este verano, en los que se ha notado cierta contención del gasto por parte de los viajeros españoles.
El caso sin parangón de Santa Susanna ha sido seguido de cerca por la vecina Malgrat de Mar, que ha registrado una ocupación en agosto del 94,1%, y por Lloret de Mar, situado no muy lejos, pero ya en la provincia de Girona. Allí, según los datos del INE, se llenaron el 92,23% de las plazas el mes pasado. Otros dos destinos de la costa catalana muy populares y también asequibles para todos los bolsillos, como son Cambrils y Salou (los dos ya en Tarragona), han rozado el 90%. La ciudad de Barcelona ha estado al 79,81% de ocupación y la de Tarragona, al 78,63%. Sitges, con tarifas ya más elevadas, se ha quedado en el 76,46%. En el Pirineo, el destino con más plazas llenas ha sido Viella, con los hoteles al 67,97%.
Contando con cámpings y pisos turísticos, además de los hoteles, Santa Susanna tiene capacidad para acoger a 15.000 viajeros. Y tiene margen de crecimiento, ya que el plan general de ordenación urbana -aprobado en la década de 1980- estableció un tope de 22.000. De momento, el considerado tercer destino turístico en número de plazas de hotel de la provincia de Barcelona (solo por detrás de la capital y de Calella de Mar) convive con pequeñas parcelas de huerta, en las que en esta época del año se empiezan a plantar las verduras que se recogerán en invierno. Curioso contraste, mientras a unos pocos metros, entre los locales Drunken Duck y Pepe Pollo, unos rubios barbilampiños van preguntando a los transeúntes cómo llegar a un tablao flamenco que se supone está por las inmediaciones.
Suscríbete para seguir leyendo